Un convenio de programación por casi $ 600 mil millones firmaron este lunes la Ministra de Obras Públicas, Jessica López y el gobernador regional de Antofagasta Ricardo Díaz, para ejecutar el plan de inversiones más ambicioso del país en materia de conectividad e integración territorial. El acuerdo, que se implementará en un horizonte de 10 años, contempla obras estratégicas asociadas al Corredor Bioceánico Capricornio, iniciativa que apunta a transformar a la región en el principal punto de salida de las exportaciones del norte argentino y sur de Brasil hacia los mercados asiáticos.
La ministra López destacó que “el gran sueño es que nuestras costas en el norte de Chile sean la puerta de salida de los productos del cono sur hacia Asia. Este convenio permitirá avanzar de forma sostenida en obras que consolidan ese objetivo”. El plan incluye mejoras a las Rutas 23, 24 y Circunvalación Calama, además de la instalación de cinco puntos de posada de helicópteros entre el paso Jama y Tocopilla, con el fin de reforzar la seguridad y la conectividad logística.
Por su parte, el Gobernador Díaz subrayó que la inversión “no sólo apunta a la competitividad, sino también a la calidad de vida de las personas. Queremos una infraestructura que conviva con las ciudades, evitando la congestión y generando espacios adecuados para el transporte y el descanso de los conductores”
Primera ciudad con 100% de agua desalinizada
En paralelo, la ministra del MOP encabezó el inicio de obras de la nueva Planta de Tratamiento y Reúso de Aguas Servidas de Antofagasta, a cargo de Econssa.
El proyecto, que demandará una inversión de US$ 300 millones, permitirá que la capital regional se convierta en la primera ciudad del país completamente abastecida con agua de mar desalinizada.
La infraestructura, cuya entrada en operación está prevista para abril de 2028, incorpora un microtúnel subterráneo en la mayor parte de su trazado urbano, minimizando interferencias durante la construcción. La planta permitirá el reúso de cerca de 900 litros por segundo de aguas servidas pretratadas, que serán destinadas a faenas industriales en el sector de Salar del Carmen, Mantos Blancos y La Negra. Con ello, Antofagasta se perfila como un modelo nacional en gestión hídrica y aprovechamiento de recursos en zonas áridas.