El amplio triunfo de Franco Parisi en Antofagasta volvió a confirmar su peso electoral en el norte y reconfiguró el mapa político de la zona, abriendo interrogantes para la actividad productiva más relevante del territorio: la minería.
El candidato del Partido de la Gente (PDG) reforzó el liderazgo que ya había mostrado en 2021 y se instaló nuevamente como la primera mayoría en las regiones del norte.
Pamela Garrido, empresaria y socia fundadora de Emeser, empresa proveedora de la industria minera, conversó con Diario Financiero para analizar este escenario.
- ¿Se esperaba el triunfo de Parisi como primera mayoría? ¿Le sorprendió?
- Fue una tremenda sorpresa su triunfo en las regiones del norte. Pienso que esto es el resultado de tener nuevos liderazgos, más polarizados y cercanos con las personas. En la actualidad, los liderazgos son cercanos del trabajo en conjunto por conseguir cambios, triunfos, proyectos etc. Esos liderazgos endiosados son del pasado.
- Pensando en la minería, ¿qué vínculos tiene Franco Parisi con este sector y qué factores podrían explicar un triunfo tan amplio en la zona?
- Su partido es relativamente nuevo. Franco Parisi, al tema minero es interesante y algo mixto. No es ni completamente de derechas extractivista clásica, ni tiene una postura pro-minería a cualquier costo, pero sí promueve una visión técnica, de desarrollo y algo populista. Ha propuesto trasladar el Ministerio de Minería a Antofagasta, lo que sería un gesto fuerte en favor de las regiones mineras.
- ¿Cómo evalúa el resultado de la elección presidencial y qué señales crees que entrega para el mundo empresarial?
- De acuerdo a una reciente encuesta, el 75% de los chilenos considera que la minería es clave para el progreso nacional, lo que significa un respaldo social importante. Los candidatos que van a segunda vuelta son totalmente extremos, los cuales deben tener compromiso con la minería sostenible, una importante colaboración público - privada. Aceleración de los permisos para los proyectos mineros. Cuidado con los riesgos regulatorios si hay cambios tributarios.
- ¿Cuáles deberían ser, a su juicio, las prioridades económicas del nuevo gobierno para fortalecer la inversión y el crecimiento, pensando en Antofagasta?
- Lo primero es saber si las políticas del nuevo gobierno apuntan hacia una minería más sustentable, con más permisos y con apertura para alianzas, porque eso puede ser una gran oportunidad para los proveedores innovadores. Es esencial analizar los detalles del programa, mantenerse involucrada y estar preparada para adaptarse rápidamente. Confío en que las Mesas de Trabajo del Ministerio de Minería, de las cuales formo parte, como la Mesa Nacional de Proveedores Mineros y la Mesa Mujer y Minería, son clave para avanzar en la industria mediante un trabajo conjunto entre el sector público y el privado, considerando a todos los actores.
- ¿Qué oportunidades o riesgos ves para Antofagasta bajo el próximo escenario político?
- Nuestra región es la única del país que tiene una estrategia minera regional, Antofagasta EMRA 2023 al 2050, de la cual formo parte de la comisión nro.3 Proveedores de la minería regionales, donde hay un trabajo real por el impulso a la industria. La transición energética (crecimiento de la demanda por cobre, litio, energías limpias) puede atraer inversiones para proyectos “verdes” (mina + energía limpia + menor huella hídrica). Con una política que privilegie I+D, proveeduría local tiene una gran oportunidad para ofrecer soluciones tecnológicas (automatización, eficiencia hídrica, electrificación, gestión de relaves). Hay presión para mejorar la sustentabilidad, por lo que proveedores en Antofagasta podrían beneficiarse si ofrecen productos alineados con esos estándares. En riesgos, incertidumbre en lo regulatorio y fiscal.
Tensión social y ambiental
- Desde su experiencia, ¿qué decisiones empresariales se vuelven clave en un ciclo político como este?
- En los ciclos políticos como el que estamos pasando como PYME esto impacta generalmente en la cantidad de trabajo y los flujos de caja, por eso las decisiones más estratégicas podrías ser: negociar plazos y condiciones tanto para los proveedores como clientes, reducir costos no esenciales y evaluar financiamiento preventivo. A eso se suma diversificar la carpeta de clientes y líneas de productos, ya que en ciclos políticos inciertos las empresas se deben fortalecer asegurando liquidez, diversificar riesgos y alinearse con las tendencias que van a continuar como sostenibilidad, seguridad y cumplimiento.