Corresponsal Sur
En el competitivo mercado farmacéutico, dominado por grandes cadenas, la historia de Redfarma se escribe desde la Región del Biobío con una impronta familiar y aprendizajes de varias crisis. La farmacia que nació en la comuna de Tomé como una indemnización laboral, se ha convertido en un holding con presencia nacional.
El actual director ejecutivo e hijo del fundador, Luciano Inzunza, define al grupo como una red de farmacias independientes, a diferencia de una cadena, porque combina locales propios y franquiciados, permitiendo que los independientes compitan de igual a igual con los grandes actores.
Financiamiento para la expansión
La génesis de la compañía se remonta al año 2000, cuando Ariel Inzunza, un químico farmacéutico penquista, trabajaba en una distribuidora de medicamentos que quebró. Su finiquito fue una pequeña farmacia en Tomé, que se transformó en la primera piedra del grupo empresarial.
Pero el verdadero impulso vendría de la mano de una tragedia. Al poco tiempo de abrir el segundo local, la madre de Luciano falleció. “Mi padre se quedó solo, con cuatro hijos y se volcó a trabajar”. Ese esfuerzo permitió que, entre 2001 y 2007, abriera más de 10 locales, expandiéndose a Chillán, Temuco y Puerto Montt.
En 2008, cuando estaban a punto de concretar un aumento de capital, irrmpió la crisis financiera global. Tras el terremoto de 2010, 13 de los 21 locales fueron saqueados y destruidos.
El crecimiento llamó la atención de inversionistas en Santiago. Hacia 2007, con Luciano recién egresado, se preparaban para escalar el negocio de la mano de Euroamérica. Alcanzaron los 27 locales y todo estaba listo para un levantamiento de capital. Pero en agosto de 2008 irrumpió la crisis financiera global.
“Los bancos cerraron las líneas de crédito. De tener capital para abrir locales, pasamos a que nos exigieran la devolución inmediata de los fondos”, dijo.
Centro de distribuición
El estrés gatilló un ACV en Ariel Inzunza y obligó a su hijo a tomar el mando en un escenario poco alentador. “De 27 locales tuvimos que bajar a 21 y así no perder la marca porque tenía potencial. Entonces se nos ocurrió el modelo de franquicia”, uno de los pilares del negocio que aún está vigente y permite transformar a los farmacéuticos en dueños de su propio negocio bajo el paraguas de Redfarma.
La estabilización duró poco. Tras el terremoto de 2010, 13 de los 21 locales fueron saqueados y destruidos. “Se me vino el mundo encima. Un local que habíamos remodelado quedó solo en el porcelanato; se llevaron hasta la tabiquería”, recordó el ejecutivo.
Pero al cabo de 15 meses y con el foco en distinguirse de las cadenas, abrieron un nuevo negocio con el Centro de Distribución Redfarma (CDR), que abastece de medicamentos a precios competitivos a sus propios locales, además de sus franquiciados y a otras farmacias independientes.

Un grupo, tres negocios
El grupo reconvertido opera ahora sobre tres unidades de negocio. Farmacias Redfarma, con el modelo de franquicia, el brazo logístico de abastecimiento a través del centro de distribución y la reciente apertura de Recetario Magistral, un laboratorio que elabora medicamentos como fórmulas dermatológicas, pediátricas, etc.
“El recetario magistral es un mundo distinto, es fabricar medicamentos. Vimos que ahí podíamos agregar valor, entregando soluciones personalizadas en más puntos de venta de lo que puede hacer una farmacia aislada”, detalló.
Redfarma es hoy una empresa penquista con presencia nacional que busca consolidarse diversificando sus líneas de negocio. En el mercado local, donde 80% de la participación se la llevan las grandes cadenas, solo el 20% restante es para las farmacias independientes, que a nivel nacional son alrededor de 3 mil, entre ellas Redfarma.