Cervecerías artesanales que apuestan por una identidad propia
Actualmente en Chile existen aproximadamente 400 cervecerías, según la Asociación de Productores de Cerveza de Chile (Acechi). En un escenario tan diverso, los proyectos de cervecerías craft de norte a sur buscan destacar a través de su identidad, su relación con la comunidad, su apuesta gastronómica o su propuesta creativa. A continuación, cinco cervecerías que, cada una a su manera, ha encontrado una forma de diferenciarse.
Por: Magdalena Soublette
Publicado: Viernes 7 de noviembre de 2025 a las 17:15 hrs.
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Soko’s: de Requínoa a los World Beer Awards
Desde Requínoa, en la Región de O’Higgins, los hermanos Sokorai han impulsado una cervecería que no deja de crecer. Este año, Soko’s triplicó su producción respecto de 2024, alcanzando una capacidad cercana a los 10 mil litros mensuales. Pero 2025 trajo más motivos para celebrar. En agosto, su cerveza Cosmic Walk fue reconocida con la medalla de oro en los World Beer Awards, coronándose como la World’s Best Belgian Dark Strong Ale. Este logro los posiciona no solo en el mapa nacional, sino también entre las mejores cervezas del mundo.
Eso sí, los reconocimientos no son lo único que los mueve. En sus cuatro años de historia han perfeccionado recetas, colaborado con distintas marcas y explorado nuevos sabores y aromas: desde notas tropicales hasta toques de frambuesa o caramelo. Además, han logrado construir una identidad propia, donde el diseño juega un papel tan importante como la receta en sus ocho cervezas. “Yo sabía que la cerveza es muy buena, no tenía dudas de eso, pero no nos basta el buen producto. Tiene que ser una imagen ondera que capte la atención, que te llame a probarla”, dijo el cofundador de la marca, Tomás Sokorai.

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El espíritu competitivo de Indomable en Concepción
Con identidad penquista y 29 medallas, Cervecería Indomable se ha posicionado como una de las más reconocidas del Biobío. En total, acumula siete oros, siete platas y 15 bronces. “Es una forma de medirnos y aprender. Las copas nos permiten recibir retroalimentación técnica muy precisa de jueces especializados, lo que ha sido clave para seguir mejorando lote a lote”, explicó el maestro cervecero de la marca, Gabriel Bravo.
Para el equipo de la cervecería, estos espacios son una instancia de validación y garantía de calidad, y es que, según Bravo, estos reconocimientos los ayudan a demostrar que se puede hacer cerveza de alto nivel desde Concepción, con consistencia y profesionalismo. “Cada medalla no solo es un orgullo, sino que refuerza la credibilidad frente a nuevos clientes y distribuidores”, añadió. Sus cervezas más premiadas sobresalen por su equilibrio entre los ingredientes y por ser cervezas atractivas, que invitan a seguir tomándolas.
Fuera del circuito competitivo, la conexión con el público es un pilar importante. En su bar asociado, Latitud Sur, el equipo mantiene contacto directo con los consumidores. “Esa intención deliberada de escuchar, observar y ajustar en base a la experiencia del consumidor es lo que nos ha permitido crecer sostenidamente y consolidar una propuesta que funciona tanto en barra como en mercado”, concluyó Bravo.

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Viralata: la nueva ola cervecera de Valdivia
En algunos países del Caribe, como República Dominicana, llaman “viralata” a los perros callejeros que rebuscan entre los basureros en busca de comida. Pero en Valdivia, la capital cervecera de Chile, ese nombre adquiere un nuevo significado. Viralata es hoy una cervecería reconocida por su innovación, experimentación y espíritu colaborativo.
Desde su debut en el mercado en 2022, Viralata tenía una idea clara: romper los esquemas y ser la nueva ola de la cerveza valdiviana. Sus etiquetas coloridas, nombres poco comunes y sabores atrevidos reflejan esa búsqueda constante por lo diferente.
Uno de sus socios fundadores, Christopher Villarroel, recuerda que una de las primeras creaciones fue Dulcito e’ Coco, una colaboración con Cervecería Altamira que combina coco y vainilla. Ese producto ya tiene tres premios, pero no es el único: la cervecería suma 34 medallas obtenidas en competencias nacionales e internacionales. “Nos gusta ir a competencias para tener feedback constante, retroalimentación de gente mucho más capaz que nosotros”, explicó Villarroel. Esa evaluación externa ha sido clave para avanzar en la estandarización de sus procesos y garantizar una calidad uniforme en sus diversas cervezas.

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La apuesta sostenible de Guayacán en Diaguitas
En el pueblo de Diaguitas, en pleno Valle del Elqui, funciona la primera planta de la Cervecería Guayacán, un proyecto que desde 2010 ha buscado hacer cerveza de calidad sin perder de vista el entorno en el que nació. Rodeada de cerros y con más de 300 días de sol al año, la cervecería ha crecido junto a la comunidad local, integrando la sostenibilidad desde sus inicios.
En 2017, Guayacán se convirtió en la primera cervecería de Latinoamérica en obtener la certificación como Empresa B, un sello que reconoce a las compañías que miden su éxito no solo por sus resultados económicos, sino también por su impacto social y ambiental. “Nunca nuestro objetivo fue ser la mejor cerveza del mundo, siempre fue más bien que esta cervecería generara un impacto positivo en el lugar donde estaba”, explicó el cofundador de la marca, Andrés Toro.
Desde hace más de una década, la planta opera con paneles solares aprovechando el sol del valle. Hoy, la empresa planea triplicar esa capacidad, pasando de 20 a 60 kilowatts como parte de su plan de sostenibilidad 2030, que busca ser un 30% más sostenible en todas las áreas de operación. El vínculo con la comunidad de Diaguitas también ha sido fundamental. Todos los trabajadores provienen de la zona, la cervecería administra un punto limpio abierto a la comunidad y los residuos orgánicos de la planta son reutilizados por agricultores locales.

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Tropera: el sello de locales propios que nace en Coyhaique
En 2012, el segundo piso de Mammagaucha, un restaurante que Franco Valdés y Catalina Prieto habían abierto dos años antes en Coyhaique, se transformó en una fábrica de cerveza. No fue una idea que nació de un momento a otro, sino que la continuación lógica de un sueño que comenzó lejos de Chile: en Colorado, donde los fundadores vivieron un tiempo y se encantaron de los locales de pueblo que reúnen a la comunidad.
Volvieron al sur del país con esa imagen en la cabeza. Querían un lugar que se sintiera parte del paisaje, que invitara a relajarse, conversar y quedarse. Así nació Tropera, una marca que hoy suma 10 restaurantes, la mayoría de los cuales se encuentra en el sur del país.
El nombre no es casual. En la Patagonia, los troperos son quienes abren camino, quienes acompañan. La marca tomó esa idea como inspiración, buscan ser una cervecería que esté en el día a día de las personas de los lugares en donde se encuentra.
Por eso la apuesta por los locales propios no es solo estrategia comercial: es parte del corazón del proyecto. “Creemos en armar espacios para la comunidad, para nosotros, para pasarlo bien, para compartir, para estar”, explicaron desde la marca.

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