Nació con una idea simple: reconvertir buses diésel en vehículos eléctricos. Hoy, casi una década después, Reborn Electric Motors fabrica desde Rancagua buses cero emisiones que operan en la minería, en Brasil y hasta en la Antártica.
La startup fue fundada en 2016 por los ingenieros de la Pontificia Universidad Católica de Chile, Felipe Cevallos y Ricardo Repenning, quienes estudiaban cómo desarrollar tecnología en Chile para la electromovilidad.
La oportunidad surgió cuando llegó el primer bus eléctrico al país, pero con un precio tan alto que puso en evidencia el espacio para una alternativa local, a menor costo.
“Nuestro pensamiento fue por qué no aprovechar los 6 mil buses diésel del sistema y hacerlos renacer como eléctricos. La idea era tomar máquinas que estuvieran al final de su vida útil y así nació Reborn”, comentó Cevallos, CEO de la startup.
Sin capital inicial, consiguieron que Enel X –división de electromovilidad del Grupo Enel- creyera en su proyecto y les comprara su solución “en verde”, lo que permitió fabricar el primer prototipo eléctrico en 2018.
El vehículo pasó todas las pruebas de homologación, pero no existía un marco legal que permitiera operarlo en la vía pública, lo que los obligó a pivotear hacia un nuevo mercado: la minería.
En 2019, adaptaron flotas diésel para la División El Teniente de Codelco -a través del grupo Link-. Diseñaron una solución capaz de operar con barro, agua, sal y pendientes extremas. Esa experiencia derivó en una alianza con Marcopolo y Mercedes-Benz, con la que desarrollaron los modelos Queltehue y Tricahue, ambos 100% eléctricos, y un contrato para reemplazar buses en la operación minera.
Reborn diseña y fabrica en Chile el software, la electrónica de potencia, los ramales de control y las estructuras de los buses, mientras que los motores y baterías los adquieren de proveedores especializados.

Ricardo Repenning, cofundador de Reborn Electric Motors. Felipe Cevallos, cofundador y CEO de Reborn Electric Motors
“Somos una mezcla de fabricantes, desarrolladores e integradores. Creamos el bus completo y nace con un número de identificación chileno, convirtiéndose en un vehículo 100% hecho en Chile después de todo nuestro proceso”, explicó Cevallos.
El equipo de ingeniería -formado en su mayoría por exalumnos de sus fundadores, profesores de la PUC- trabaja en soluciones adaptadas a entornos exigentes, como faenas mineras y zonas extremas.
Esa misma base tecnológica les permitió desarrollar el primer bus de hidrógeno en Chile, un modelo que genera electricidad a partir de la reacción entre hidrógeno y oxígeno.
El desarrollo de un bus toma alrededor de un año. En cambio, para los productos que ya tienen homologados -tres modelos-, el proceso tarda entre cuatro y seis meses, dependiendo de los volúmenes. A la fecha, han fabricado más de 150 buses.
Ni tan lejos ni tan cerca
Tanto Cevallos como Repenning son de Santiago, pero en 2020 se produjo un punto de inflexión en la compañía y se trasladaron a Rancagua, debido a que su principal cliente -era y sigue siendo- la División El Teniente.
Su fábrica está en pleno centro de la ciudad, con un espacio de 3 mil metros cuadrados, donde trabajan unas 30 personas y producen 200 buses eléctricos al año, con capacidad para crecer hasta 400.
Cevallos dijo que el cambio ha sido una “experiencia interesante” y que les ha permitido armar un equipo de trabajo de gran nivel técnico.
“Hay talento muy bueno en regiones que no consigue trabajo en áreas tecnológicas. Armar equipos desde acá permite desarrollar ese ecosistema y resolver problemas locales. Para una startup, es positivo partir en un mercado de nicho y luego escalar”, comentó.
En este contexto, contó que trabajan con institutos como Inacap y Duoc UC y universidades de la zona para absorber talento.
Además, señaló que estar en Rancagua les ha ayudado a tener visibilidad como compañía y adjudicarse fondos concursables.
Sin embargo, reconoció que el trabajo regional también tiene algunas brechas. “La mayoría de las decisiones se toman en Santiago, así que igual hay que viajar constantemente para explorar oportunidades comerciales”, afirmó.
A su juicio, hace falta una mayor articulación entre las empresas regionales. “Sería bueno generar más contacto entre las compañías de Rancagua para que las startups puedan comunicarse con las empresas grandes y proponerles soluciones a sus problemas. Sé que Corfo y ProChile organizan algunas mesas de trabajo, pero quizás falta potenciar más esos espacios”, comentó el CEO.
Destacó que los sectores productivos son la minería y agricultura, donde ve oportunidades para explorar y abrir nuevas posibilidades de desarrollo tecnológico. Pero para aprovecharlas -dijo- hace falta que los emprendedores se atrevan a dar el paso.
“Es súper importante que haya más empresas regionales. Hoy se puede hacer harto, nosotros tenemos reuniones con gente de todo el mundo, así que no hay una limitante por estar fuera de Santiago. Dificulta algunas cosas, pero igual se puede hacer, y tiene muchas ventajas”, dijo.
Entre esos beneficios, destacó que permite identificar y resolver problemas locales.
“Cuando uno está en regiones puede ir detectando oportunidades que allá no se ven. Para una startup, es bueno partir con un mercado de nicho, dominarlo y luego crecer hacia otros. Hay muchos problemas que hoy no se están resolviendo y que podrían abordarse desde regiones”, sostuvo.
Expansión internacional
Fuera de Chile, Reborn Electric opera en Brasil y para el próximo año prepara una nueva etapa de expansión internacional. Si bien Cevallos no quiso dar detalles, señaló que “estamos trabajando en eso”.
El impulso también viene acompañado de la entrada del fabricante brasileño de buses Marcopolo, que en septiembre de este año adquirió el 40% de la propiedad de la empresa chilena.
“Ha sido súper positivo. Estamos muy contentos de cómo se ha dado la dinámica hasta ahora. Se vienen muchas oportunidades de productos en conjunto para los mercados brasileño y chileno. Estamos armando un portafolio que va a ser bien interesante, con harto desarrollo chileno-brasileño en el futuro”, contó.
En paralelo, la compañía trabaja en nuevas innovaciones tecnológicas. “Son proyectos interesantes en productos de electromovilidad y de hidrógeno. También estamos haciendo soluciones con otras tecnologías para otros países”, afirmó.
Respecto del negocio, Cevallos proyectó cerrar 2025 con un crecimiento de 30% en comparación con 2024, y tras el ingreso de Marcopolo, “crecer 35% el próximo año”.