La iniciativa de la administración para reducir el tamaño del Gobierno federal fue liderada por el llamado Departamento de Eficiencia Gubernamental, o DOGE, encabezado por Elon Musk, aparentemente para erradicar “el despilfarro, el fraude y el abuso”.
La campaña ha provocado el cierre de departamentos enteros, a veces sin considerar las consecuencias. En febrero, Musk publicó en X que DOGE "pasó el fin de semana alimentando a USAID con la trituradora de madera", refiriéndose a la agencia responsable de administrar la ayuda exterior. Un artículo reciente en la revista médica The Lancet concluyó que los continuos recortes de financiación podrían resultar en más de 14 millones de muertes adicionales para 2030, incluyendo 4,5 millones de muertes de niños pequeños.
DOGE ha desmantelado la Oficina de Protección Financiera del Consumidor y la emisora Voice of America, y ha eliminado miles de puestos en los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, la Administración de Alimentos y Medicamentos y los Institutos Nacionales de Salud.
Desde enero, ha despedido a más de 67.000 empleados federales en una variedad de agencias, según Roger Lee, quien rastrea los despidos en todo el aparato federal y la industria tecnológica.
El Gobierno lidera a todos los sectores de Estados Unidos en despidos, según la firma de colocación laboral Challenger, Gray & Christmas.
Musk anunció su salida de DOGE a finales de mayo, pero los recortes continúan. El lunes, la Corte Suprema de Estados Unidos dictaminó que la administración Trump podía implementar su plan de despedir a 1.400 empleados del Departamento de Educación.
“La mayoría es voluntariamente ciega a las implicaciones de su fallo o es ingenua, pero en cualquier caso la amenaza a la separación de poderes de nuestra Constitución es grave”, escribió la jueza Sonia Sotomayor en una opinión disidente.
Las amenazas arancelarias intermitentes de Trump han hecho subir la tasa efectiva general de Estados Unidos —que mide los ingresos recaudados por los derechos sobre los bienes como proporción del valor de las importaciones— del 2% a principios de año al 8,8%, según el seguimiento de los datos comerciales reales publicados hasta principios de este mes por el Financial Times.
Hasta la fecha, estos aranceles han generado US$ 47.000 millones más en ingresos que en el mismo período del año anterior, alcanzando un récord de US$ 64.000 millones en el segundo trimestre. La mayor parte de esta cifra proviene del impuesto del 30% que Washington aplica a las importaciones chinas.
Si se implementan todas las políticas de Trump anunciadas antes del 13 de julio, incluidos los aranceles del 30% a la UE y México, la tasa arancelaria efectiva promedio para los consumidores estadounidenses podría aumentar hasta el 20,6%, la más alta desde 1910, según estimaciones del Budget Lab de Yale.