Esta es una de esas semanas que me obliga a comenzar esta columna con un “puede ser”. Al momento del cierre de esta edición, republicanos y demócratas siguen sin encontrar un acuerdo que evite un cierre del Gobierno federal a partir del miércoles 1 de octubre. Es posible que para cuando lean esta columna el riesgo haya desaparecido. Lo más probable es que no. Los demócratas parecen decididos a provocar un cierre del Gobierno para obligar a Donald Trump a extender programas sociales y demostrar a sus bases políticas que están dispuestos a enfrentar al mandatario.
Los republicanos tienen hasta la medianoche del martes para sumar 60 votos en el Senado para aprobar una nueva “Resolución Continua” o fórmula de financiamiento que mantenga operativo al Gobierno federal por unos meses o un año más. Los republicanos tienen 53 senadores y no todos alineados con los planes de la Casa Blanca. Esto obliga a una negociación con los demócratas, en momentos de alta polarización política. Tampoco ayuda a las negociaciones que la Casa Blanca amenace con cerrar definitivamente programas federales que no se alineen con sus prioridades, y desatar una ola de despidos masivos, si el Congreso no aprueba una fórmula de financiamiento.
Es un riesgo que capturará cada vez más la atención a medida que nos acerquemos al plazo. Pero hasta ahora el mercado parece confiado en que se llegará a un acuerdo de último minuto. Es el escenario más usual. Pero no hay que olvidar que el cierre del Gobierno más largo en la historia de EEUU -35 días- ocurrió durante el primer Gobierno de Donald Trump, entre diciembre 2018 y enero 2019.
Aquel episodio terminó con Trump cediendo ante la presión de los demócratas, removiendo el financiamiento de la construcción de un muro en la frontera con México de la discusión. La suspensión temporal de 800.000 empleados federales golpeó duramente a Trump y los republicanos en las encuestas.
Lección aprendida. La Casa Blanca se ha esforzado en los últimos días en culpar a los demócratas de “secuestrar al Gobierno” y ser responsables de los eventuales despidos masivos.
¿Qué muestran las cifras?
Una vez pasado el riesgo fiscal, Wall Street concentrará toda su atención a las cifras que se publicarán en EEUU. Desde el martes 30 de septiembre hasta el cierre de la semana, los analistas contarán con los índices PMI de manufacturas y servicios elaborados por el Instituto de Gerentes de Compras (ISM), órdenes de fábrica y varios reportes laborales como las encuestas JOLTS y ADP de creación de empleo privado. Pero es el reporte laboral de septiembre, a publicarse el viernes 3, el principal evento de la semana.
Fue el desplome en las cifras de empleos no agrícolas, con revisiones desde 2024, lo que dio fuerza a los llamados para recortes de tasas de interés. El presidente de la Fed, Jerome Powell, ha descrito varias veces cómo han identificado un aumento del riesgo a su mandato de pleno empleo, lo que habría justificado el recorte de 25 puntos base en la reunión del 17 de septiembre pasado.
Pero desde entonces las cifras económicas no han parado de sorprender. Se confirmó un consumo saludable en el segundo trimestre, que llevó a revisar al alza el PIB de ese período a un crecimiento de 3,8%, el más acelerado en casi dos años. Las ventas de viviendas nuevas registraron en agosto un alza mensual de 20%, desafiando la contracción esperada, que se alineaba con la idea de una economía en desaceleración. Incluso las solicitudes de subsidios por desempleo registraron una caída inesperada en la semana que terminó el 20 de septiembre.
Mientras, la inflación sigue alejándose de la meta de 2%. El índice de precios ligado al consumo (PCE) marcó un alza de 2,9% anual en agosto en su medición subyacente. La cifra fue similar a la de julio y estuvo dentro de las expectativas. Los inversionistas prefirieron enfocarse en ello, y no en que la inflación está casi un punto porcentual por encima de la meta de la Fed, o que el gasto de los consumidores aumentó 0,6%, su mayor ritmo desde marzo pasado, con un impacto en los ahorros.
Las apuestas favorecen todavía a un segundo recorte de 25 puntos base en octubre. Pero, cifras de empleos no agrícolas por encima de los 39.000 esperados obligarían a revisar esa probabilidad. También sería necesario prestar más atención a la discusión de si acaso hay un cambio estructural en la economía estadounidense, producto de la reducción de la mano de obra inmigrante y avances en la productividad, que justifican menores tasas de creación de empleo.
Previo al reporte de empleo se publicará una cifra importante. Una de las razones para la presión de la Casa Blanca sobre la Fed es el interés de la administración de Trump por una caída en las tasas de interés para los créditos hipotecarios. Con las elecciones legislativas del próximo año en la mira, Trump y el secretario del Tesoro, Scott Bessent, quieren resolver uno de los problemas más mencionados por los electores: el problema para adquirir una vivienda.
Según el Tesoro y Trump, es el alto nivel de la tasa de referencia de la Fed lo que mantiene elevadas las tasas hipotecarias, encareciendo las viviendas. Pero tras el recorte de tasas de parte de la Fed, la tasa hipotecaria a 30 años subió 4 puntos base a 6,30%, en lugar de bajar.
Actividad en Chile
La semana traerá cifras importantes para Chile, especialmente en medio de la campaña electoral. El martes 30 el INE publicará las cifras sectoriales, con datos de producción de cobre, industria y manufacturas, así como las ventas de retail, correspondientes a agosto. Ya en julio las cifras mostraron una desaceleración, con una expansión menor (0,3%) en la producción de cobre y una contracción (-2,1%) en las ventas minoristas.
La atención estará inicialmente en la tasa de desempleo, que en julio alcanzó 8,7%. Analistas locales anticipan que la desocupación registre una baja moderada hacia fin de año, que podría dar aire al oficialismo hacia la cita electoral del 16 de noviembre. Los analistas extranjeros, por el contrario, proyectan que el desempleo habría marcado un 8,9% en agosto.
El Banco Central entregará más insumos al debate con la publicación de la Encuesta Financiera de los Hogares (martes 30), especialmente importante cuando se confía en que una reactivación del consumo ayude a mantener la economía en el rumbo de un crecimiento de 2,5% hacia el cierre del año. Finalmente, el Central publicará el Índice de Actividad Económica (miércoles 1 de octubre), que se espere confirme una desaceleración, que se habría iniciado en julio pasado. 