"Somos un gobierno socialista... bajamos los salarios sólo porque teníamos que hacerlo"
Las medidas fueron recibidas con molestia por los sindicatos, que convocaron a un paro del sector público el 2 de junio y no descartaron una huelga general.
Por: | Publicado: Viernes 14 de mayo de 2010 a las 05:00 hrs.
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Por Victor Mallet
Los sindicatos españoles convocaron ayer a un paro de los trabajadores del sector público el 2 de junio y a realizar demostraciones contra el plan de austeridad de emergencia, mientras el gobierno admitía que las medidas anunciadas el miércoles reducirían el ya flojo crecimiento económico.
Los líderes sindicales realizaron sus convocatorias pese a sostener una reunión explicativa con José Luis Rodríguez Zapatero, el jefe de gobierno socialista y su ex aliado.
Elena Salgado, la ministra de Finanzas, admitió que los acelerados recortes de déficit reducirían el crecimiento económico en algunas décimas de punto porcentual y dijo que la próxima semana se anunciarían los pronósticos revisados.
El gobierno había previsto una expansión anual del Producto Interno Bruto de 1,8% en 2011, pero esto era visto como muy optimista por economistas, incluso antes de los últimos recortes.
"Somos una economía fuerte, pero no es la economía alemana o francesa, por lo tanto para nosotros es muy importante generar confianza en los mercados", aseguró Salgado en una entrevista con FT.
"Las dificultades en los mercados en las últimas dos semanas, no sólo para España, sino para otros países, han significado que el balance entre crecimiento y consolidación fiscal se haya movido hacia la consolidación fiscal en el corto plazo".
La Unión General de Trabajadores (UGT), el segundo sindicato más grande, decidió convocar a un paro del sector público debido a lo que describió como una "agresión sin precedentes" de las medidas del gobierno, que infringen compromisos anteriores e incluyen una disminución de 5% en el sueldo de los empleados públicos a partir del próximo mes, seguido de un congelamiento de los salarios.
Ignacio Fernández Toxo, líder de Comisiones Obreras (CCOO), el mayor sindicato, dijo que existía un "total rechazo" al nuevo plan de austeridad. Sin embargo, descartó una huelga general que incluya al sector privado, porque es "la última cosa que el país necesita en momentos como éste".
El nuevo impulso de austeridad de Zapatero, que sigue al de Irlanda y Grecia, fue lanzado como resultado de una intensa presión de otros miembros de la eurozona, el Fondo Monetario Internacional y Estados Unidos.
Los socios europeos de España demandaron ahorros presupuestarios adicionales de 15 mil millones de euros en los próximos dos años, reducir el déficit español de 11,2% del Producto Interno Bruto en 2009 a 9,3% este año y 6% en 2011, como parte de un paquete de rescate de la eurozona por 750 mil millones de euros revelado el fin de semana.
Los sindicatos españoles quedaron desconcertados por lo repentino de la conversión forzada de Zapatero hacia la ortodoxia fiscal.
Hace sólo una semana, rechazaba las demandas del opositor y conservador Partido Popular para acelerar los recortes de déficit de España, argumentando que esto dañaría el crecimiento económico justo cuando comenzaba a ser positivo después de cerca de dos años de recesión.
Los líderes sindicales plantean el mismo argumento sobre el crecimiento, y dicen que el gobierno socialista ha caído presa de las maquinaciones de capitalistas extranjeros y los mercados financieros.
"El gobierno ha decidido sacrificar el poder adquisitivo de los trabajadores del sector público y los pensionados a los dictados de los mercados financieros", aseveró Cándido Méndez, el líder de UGT, al diario El País. "Y es muy probable que sea un sacrificio sin sentido".
Salgado dijo que era difícil estar en desacuerdo con los sindicatos sobre el efecto de los recortes en el crecimiento, pero dejó claro que el gobierno no tuvo más opciones que reducir los salarios.
"Nunca habríamos empezado los recortes ahí somos un gobierno socialista y, por tanto, bajar los salarios y congelar las pensiones es algo que hacemos sólo porque tenemos que hacerlo. Hay un momento en que hay que hacerlo, y lo hicimos".
El partido socialista no tiene mayoría absoluta en el parlamento y Zapatero, por mucho tiempo dependiente de los partidos políticos regionales, ahora se encuentra corto de aliados, pese a que la próxima elección general no se realizará hasta 2012.
Incluso el derechista PP, que ha llamado al gobierno a reducir el déficit pronto, afirmó que Zapatero lo está haciendo de forma incorrecta, castigando a los pensionados vulnerables en lugar de abolir ministerios inútiles, reestructurar todo el sector público y reformar el mercado laboral para asegurar el crecimiento futuro.
Los sindicatos españoles convocaron ayer a un paro de los trabajadores del sector público el 2 de junio y a realizar demostraciones contra el plan de austeridad de emergencia, mientras el gobierno admitía que las medidas anunciadas el miércoles reducirían el ya flojo crecimiento económico.
Los líderes sindicales realizaron sus convocatorias pese a sostener una reunión explicativa con José Luis Rodríguez Zapatero, el jefe de gobierno socialista y su ex aliado.
Elena Salgado, la ministra de Finanzas, admitió que los acelerados recortes de déficit reducirían el crecimiento económico en algunas décimas de punto porcentual y dijo que la próxima semana se anunciarían los pronósticos revisados.
El gobierno había previsto una expansión anual del Producto Interno Bruto de 1,8% en 2011, pero esto era visto como muy optimista por economistas, incluso antes de los últimos recortes.
"Somos una economía fuerte, pero no es la economía alemana o francesa, por lo tanto para nosotros es muy importante generar confianza en los mercados", aseguró Salgado en una entrevista con FT.
"Las dificultades en los mercados en las últimas dos semanas, no sólo para España, sino para otros países, han significado que el balance entre crecimiento y consolidación fiscal se haya movido hacia la consolidación fiscal en el corto plazo".
La Unión General de Trabajadores (UGT), el segundo sindicato más grande, decidió convocar a un paro del sector público debido a lo que describió como una "agresión sin precedentes" de las medidas del gobierno, que infringen compromisos anteriores e incluyen una disminución de 5% en el sueldo de los empleados públicos a partir del próximo mes, seguido de un congelamiento de los salarios.
Ignacio Fernández Toxo, líder de Comisiones Obreras (CCOO), el mayor sindicato, dijo que existía un "total rechazo" al nuevo plan de austeridad. Sin embargo, descartó una huelga general que incluya al sector privado, porque es "la última cosa que el país necesita en momentos como éste".
El nuevo impulso de austeridad de Zapatero, que sigue al de Irlanda y Grecia, fue lanzado como resultado de una intensa presión de otros miembros de la eurozona, el Fondo Monetario Internacional y Estados Unidos.
Los socios europeos de España demandaron ahorros presupuestarios adicionales de 15 mil millones de euros en los próximos dos años, reducir el déficit español de 11,2% del Producto Interno Bruto en 2009 a 9,3% este año y 6% en 2011, como parte de un paquete de rescate de la eurozona por 750 mil millones de euros revelado el fin de semana.
Los sindicatos españoles quedaron desconcertados por lo repentino de la conversión forzada de Zapatero hacia la ortodoxia fiscal.
Hace sólo una semana, rechazaba las demandas del opositor y conservador Partido Popular para acelerar los recortes de déficit de España, argumentando que esto dañaría el crecimiento económico justo cuando comenzaba a ser positivo después de cerca de dos años de recesión.
Los líderes sindicales plantean el mismo argumento sobre el crecimiento, y dicen que el gobierno socialista ha caído presa de las maquinaciones de capitalistas extranjeros y los mercados financieros.
"El gobierno ha decidido sacrificar el poder adquisitivo de los trabajadores del sector público y los pensionados a los dictados de los mercados financieros", aseveró Cándido Méndez, el líder de UGT, al diario El País. "Y es muy probable que sea un sacrificio sin sentido".
Salgado dijo que era difícil estar en desacuerdo con los sindicatos sobre el efecto de los recortes en el crecimiento, pero dejó claro que el gobierno no tuvo más opciones que reducir los salarios.
"Nunca habríamos empezado los recortes ahí somos un gobierno socialista y, por tanto, bajar los salarios y congelar las pensiones es algo que hacemos sólo porque tenemos que hacerlo. Hay un momento en que hay que hacerlo, y lo hicimos".
El partido socialista no tiene mayoría absoluta en el parlamento y Zapatero, por mucho tiempo dependiente de los partidos políticos regionales, ahora se encuentra corto de aliados, pese a que la próxima elección general no se realizará hasta 2012.
Incluso el derechista PP, que ha llamado al gobierno a reducir el déficit pronto, afirmó que Zapatero lo está haciendo de forma incorrecta, castigando a los pensionados vulnerables en lugar de abolir ministerios inútiles, reestructurar todo el sector público y reformar el mercado laboral para asegurar el crecimiento futuro.