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El Chile sin internet: Las otras empresas que conectaron a personas en medio de la pandemia

Uno de los desafíos de este 2020 fue la conexión: ya no hay espacio para dudar de cuán imprescindible es. dos emprendedores, que llevan años llevando internet a zonas donde las telecomunicaciones no llegaban, dan cuenta de ello.

Por: Nicolás Durante | Publicado: Domingo 27 de diciembre de 2020 a las 04:00 hrs.
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Flavio Ñanco. Químico ambiental e ingeniero químico, y ahora candidato a doctor en Energía, 31 años.

Nada haría pensar que este hombre de las ciencias iniciaría un emprendimiento que en plena pandemia conectaría con internet a 350 familias en una comuna a 30 kilómetros de Temuco, que once años atrás no tenía internet.

Cuenta Flavio que nació en Santiago, pero a los ocho años volvieron a Nueva Imperial, la ciudad natal de su madre, Francisca. Corría 2009 y quería tener conexión. Buscando, logró contratar un servicio de una de las firmas proveedoras.

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A 3 mil

Algunos vecinos empezaron a detectar una señal Wi-fi en su casa, y le pidieron que compartiera la contraseña. A cambio ellos le aportaban $ 3.000 para la cuenta de fin de mes. Terminaron siendo 10. Como en ese tiempo el streaming casi no existía, la capacidad alcanzaba.

Pero fue su mamá, profesora de toda la vida, quien le dijo que contratara una segunda línea para compartir más red inalámbrica.

Entonces se dio cuenta que esto podía ser un negocio. Preguntando, llegó a las “líneas dedicadas”, que es un internet directo hacia el nodo o servidor de la compañía de telecomunicaciones. Llamó a todas las firmas, una de ellas le permitió tener aquel sistema.

El primer contrato le daba una capacidad de 10 megas en sitios chilenos, y otros 2 megas para internacionales. En 2011 tuvo que ampliarlo a 100 para cada banda, sumaba entre 120 y 140 clientes y ya había instalado puntos de enlace para conectar a pobladores más alejados de su casa. La empresa tomó un nombre: ConectaRed.  

Boom de Netflix y la baja de clientes

Tramitó una concesión de la Subtel para tener espectro radioeléctrico, compraron equipos que se instalan afuera de los hogares para recibir el wi fi (que técnicamente se llaman equipos CPE) y poder distribuirlo al interior de la vivienda a través de un router.

Esa instalación la hacía él mismo, en sus fines de semana. “Yo llegaba desde Concepción, y mi mamá me decía que tenía agendadas 10 conexiones”, recuerda.

En 2016 alcanzaron los 400 hogares. “Es un flujo no menor. Porque cuando había algún problema o falla, ¡te llamaban a la hora que sea!”, relata riendo.

Complejidades hubo, efectivamente. “Los equipos lograban percibir una cierta cantidad de internet y esos años empezó el boom de Netflix. Entonces, perdimos a la mitad de los clientes, quienes se fueron a un competidor local que tenía una concesión de espectro mucho más alto”. Ahí la empresa quedó en stand by.

Conexión en pandemia

El año pasado, sin sospechar lo que ocurriría en 2020, se preparó: dio el salto a la banda ancha. Logró cerrar un acuerdo con la firma argentina con operaciones en Chile, Silica Network, que tiene un punto de conexión a 11 kilómetros de su casa en Chol Chol.

Mientras espera que la Subtel dé la autorización, avanzaron en el trabajo: ya hicieron las primeras pruebas con fibra óptica, la que funciona “impecable”, asegura. En paralelo, cubrió el 70% de la instalación de los 11 kilómetros hasta Chol Chol.

Durante la pandemia Ñanco se ha dedicado a seguir conectando a los vecinos, sobre todo en comunidades que viven de la agricultura, ganadería y turismo.

A la fecha suman 350 hogares. “Con el coronavirus han ocupado mucho internet, y varios por primera vez hacen videollamadas y trámites en línea sin tener que moverse a las ciudades más cercanas”, comenta el emprendedor. 

Proyección

Además, mientras cablea esos kilómetros hasta el punto de conexión con Silica, cuenta quesu plan es llevar internet a comunidades mapuches que hay en el camino.

“Para las empresas grandes asumir un costo mayor es complejo, porque las familias no son de altos ingresos. Algunos no llegan porque creen que es zona roja y les da miedo entrar. Las solicitudes del teletrabajo, los negocios, las clases, ha sido un boom de conexiones y eso estamos atendiendo hoy”, relata.

Para hacer sinergias, se están uniendo con empresas pequeñas que abastecen a comunidades vecinas, para que puedan también conectarse a fibra óptica. Ya inició conversaciones con su par en Carahue, más hacia la costa en La Araucanía.

Y el próximo paso, dice Flavio Ñanco, es llevar la TVIP -sistemas de distribución por suscripción de señales de televisión de pago- a la zona.

“Uno entiende esta situación, porque pertenece a comunidades mapuche. Y entiende que hay una brecha digital que no se ha sabido manejar. Puedo aportar a que esa brecha se cierre sin cobrar tanto más por ese servicio”, remata. 

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Mundo: ayer y mañana conectando las zonas rojas 

Empezaron hace 24 años a conectar a los más aislados, por lo que el desafío que implicó la pandemia, a ellos se les dio de forma natural.

“Todos necesitan internet, hoy día es un derecho”, dice Enrique Coulembier, CEO de Mundo, una compañía de telecomunicaciones que nació en 1996 y que daba principalmente televisión por cable a 15 localidades en las comunas Arauco, Coronel y Tomé, en la Región del Biobío.

En septiembre del año pasado el fondo de inversión Linzor Capital compró la empresa a los socios chilenos y argentinos, y entonces potenciaron un proceso para llegar a la Región Metropolitana con la misma filosofía: conectar poblaciones aledañas al gran polo urbano y donde otros no llegaban. Las zonas rojas del internet.

Si en 2014 tenían 40 mil clientes, el año pasado superaban los 272 mil clientes. Hoy, tras la crisis sanitaria, alcanzan los 460 mil. 

La niña que escribió a Piñera

“Lo primero que hicimos fue desplegar la operación donde no había conectividad, o existía una muy baja. Eso ocurre en áreas lejos de las capitales, con grandes poblaciones y con un segmento socioeconómico de clase media, media-baja. Partimos ofreciendo 300 megas de fibra óptica. Fuimos pioneros en eso y los clientes quedaban encantados”, relata el ejecutivo.

Cauquenes y Parral fueron las primeras comunas en 2015. En 2017 arribaron a la Región Metropolitana, a Buin específicamente. De ahí en más solo siguieron creciendo: en La Pintana, San Bernardo, Pudahuel, Maipú, Puente Alto, Santiago centro y Estación Central, están sumando más de 15 mil clientes por mes.

También llegaron a zonas como San Pedro en Melipilla, o Bajos de Mena, en Puente Alto. “En San Pedro, por ejemplo, vimos en las noticias que una niña le había mandado una carta al Presidente pidiéndole tener internet. Apenas nos enteramos de eso, fuimos a conectar esa comuna”, dice Coulembier. 

La clave: menos de $ 30 mil

Este año lograron llegar a casi 30 nuevas comunas en nueve regiones, entre Valparaíso y Los Ríos. Ahora tienen presencia en más de 140 localidades, casi 10 veces más de las 15 que tenían en los ‘90, cuando partieron.

Con el boom de internet en pandemia, dice el gerente general, redoblaron todos los esfuerzos por ir a conectar más gente en zonas remotas.

“Aquí nosotros nos dimos cuenta que tenemos que cumplir más que nunca un rol social como empresa, en medio de una pandemia donde todos necesitan urgentemente estar conectados”, apunta.

Y, remarca el ejecutivo, siempre lo han hecho con un costo accesible. 300 megas de internet, televisión HD y teléfono fijo ilimitado por menos de $ 30 mil.

La estrategia para sumar nuevas áreas es conectando de alta velocidad a escuelas, consultorios, juntas de vecinos. Al final, dice el gerente general, el boca a boca de sus mismos clientes es su mejor estrategia comercial. 

2021 y las zonas iluminadas

Uno de los accionistas nuevos de la empresa es español, por lo que advirtió con antelación que había que expandir rápidamente las redes. Por lo mismo en marzo, cuando el coronavirus explotó en Chile, en Mundo ya tenían trabajo avanzado. Y cables instalados.

En cifras, otorgaron más de 200 servicios en pandemia, gratis y para siempre a centros de salud y hospitales como San Vicente de Tagua-Tagua y Santa Cruz, entre otros. Lo mismo hicieron con organizaciones sociales, instituciones y espacios públicos sin fines de lucro.

Al cierre de este año van a tener zonas “iluminadas”, es decir, con la posibilidad de conectar, a dos millones de hogares. El 2021 van a seguir abasteciendo de fibra óptica, y esperan iluminar a 3 millones de clientes. En paralelo, lanzaron su línea de telefonía móvil “Mundo Móvil”.

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