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Francisco Rosende: “Valdés encontrará un camino más fructífero si estamos dispuestos a enfrentar a grupos de presión”

Sobre el mensaje del 21 de mayo, dice que “fue un discurso sereno, sin la perspectiva refundacional que usó el año pasado, lo que parece positivo”.

Por: Juan Pablo Palacios | Publicado: Lunes 25 de mayo de 2015 a las 04:00 hrs.
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Seis períodos como decano de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas de la Pontificia Universidad Católica ocupó el economista Francisco Rosende.

Hoy está exclusivamente dedicado a la docencia y la investigación y, desde esa tribuna, le toma la temperatura al actual momento económico, marcado por la desaceleración y el cambio de gabinete, que incluyó el arribo de Rodrigo Valdés a Hacienda.

"Me parece que si la presidenta tomó la decisión de ponerlo en el cargo e incurrir en los costos políticos que suponen estos ajustes, es porque espera cambiar las cosas", dice Rosende sobre Valdés.

Sin embargo, advierte que el desempeño de la nueva autoridad "va a encontrar un camino más fructífero si estamos dispuestos a enfrentar a grupos de presión, a los cuales no les resultará cómodo volver al cauce de lo que ha sido nuestro diseño de políticas en los últimos 30 años".

- ¿Cómo ve el actual momento económico?
- La economía sigue acusando los efectos de un conjunto de reformas y de un ambiente que ha hecho más complicado y menos atractivo el desarrollo de la actividad. Con los cambios que se han producido en el gabinete, existe una expectativa razonable de que eso va a cambiar, pero por ahora estamos viendo los efectos de la reforma tributaria, la reforma laboral y otros cambios que han provocado un fuerte golpe sobre la inversión y el ritmo de crecimiento, y en general en las expectativas.
- ¿El PIB de 2,4% del primer trimestre muestra brotes verdes o que sigue el estancamiento?
- Hay variaciones en torno a una tendencia muy débil, donde es evidente que lo que se está haciendo es por la vía del manejo de la demanda agregada -a través de la política fiscal-, aminorar el ritmo de deterioro, pero en lo sustancial estamos hablando de una economía muy débil, con una expectativa de crecimiento bajo el 3% y eso no parece que esté siendo modificado a la fecha y creo que será difícil cambiarlo.
- ¿Pero la entrada de Rodrigo Valdés a Hacienda podría tener efectos sobre las expectativas?
- El nombramiento de Rodrigo Valdés es una muy buena noticia, tengo la mejor opinión profesional y personal de él y me parece que si la presidenta tomó la decisión de ponerlo en el cargo e incurrir en los costos políticos que suponen estos ajustes ministeriales, es porque espera cambiar las cosas. Tengo la confianza de que deberíamos empezar a ver en las próximas semanas un aire diferente al que se estaba produciendo en la discusión de los temas económicos. También hay un aspecto que no hay que omitir y es que para producir cambios va a haber que pagar costos. Hoy hay muchos grupos de presión que están tratando de conducir el curso de la economía y de la política, lo vemos en las discusiones de la reforma laboral y la reforma educacional.
Si queremos volver a los principios de una economía que se estructuró sobre la base de evaluar costos y beneficios de los proyectos, creo que va a haber que pagar costos y espero que el gobierno esté dispuesto a pagarlos, porque no ha sido gratis este recreo que hemos tenido de indisciplina en términos de la forma en que se hacen las políticas económicas.
El nombramiento de Valdés va a encontrar un camino más fructífero si estamos dispuestos a enfrentar a grupos de presión a los cuales no les resultará cómodo volver al cauce de lo que ha sido nuestro diseño de políticas en los últimos 30 años.
- ¿Por ende, podría acelerarse el ritmo de crecimiento?
- La designación de Valdés ya ha provocado una acogida favorable de los mercados, pero al final las expectativas cambian por acciones y creo que hay que darle la posibilidad de crear el ambiente político para que esta designación se traduzca en acciones que reencaucen lo que era el diseño de las políticas públicas.
Si eso ocurre, ciertamente va a haber un cambio de expectativas y debería traducirse en inversión y en un empleo más dinámico y una economía que crece algo más rápido. Si no se le dan las posibilidades políticas para que eso ocurra, habremos tenido un buen momento y vamos a seguir con el ritmo de estancamiento en el que estábamos.
- ¿Qué evaluación hace de la gestión de Alberto Arenas en Hacienda?
- No quisiera hacer leña del árbol caído. No sé si las decisiones que se tomaron fueron producto de su propia interpretación de cómo debían ser las reformas de la economía, o fueron porque en ese contexto que él vivió la dimensión económica se vio devaluada frente a una dimensión política más fuerte. Me quedó la idea de que el ministro de Hacienda entendía que había opciones económicas mejores, pero la voz económica -particularmente la de Hacienda- parecía menos potente que lo que históricamente había sido. Lo que sí es evidente es que los criterios económicos de claridad en términos del impacto de las reformas que se estaban haciendo sobre la capacidad de crecimiento, de empleo y de innovar en la economía en muchos aspectos fueron omitidos.
La reforma tributaria que se presentó y que luego se aprobó en distintos momentos fue omitiendo las consecuencias económicas, se partió diciendo que aquí no pasaba nada, se desestimó el impacto de este proyecto que fue muy agresivo sobre el ahorro y la inversión y hoy estamos preocupados de la discusión sobre la reforma a la reforma.
Es el momento de volver a poner las consideraciones económicas como un elemento central al momento de hacer economía, eso es lo lógico.
En el ambiente político eso cae de mal gusto, pero dentro de la disciplina que uno estudia el evaluar costos y beneficios es esencial y para la comunidad es bueno hacerlo porque así sabemos qué proyectos son los mejores. Estoy seguro de que con Valdés debe avanzarse en esa dirección.
- ¿Qué instrumentos son necesarios para reactivar la actividad?
- Lo primero es el ambiente y la actitud que transmiten las autoridades con respecto al rol del sector privado y los mercados en el funcionamiento de la economía. Hemos pasado por un período de cuestionamientos persistentes a la dinámica de la economía de mercado, de hecho hay sectores de la coalición gobernante que quieren cambiar el modelo, no dan razones, sólo lo hacen bajo la ideología, pero cuando una persona está tomando decisiones importantes de inversión a plazos largos y dicen que le van a cambiar el modelo, obviamente se paralizan las inversiones y se van a otros países. Chile ha seguido por varias décadas una estrategia que ha dado muchos frutos y se ha mantenido más o menos con los distintos gobiernos, debería mantenerse.
El ministro de Hacienda tiene una oportunidad de hacer una reforma laboral que de verdad ayude a la gente que necesita más trabajo, necesita tener un empleo estable y eso es coherente con el crecimiento, con una sociedad más inclusiva con menos pobreza, pero que obviamente no le va a gustar a los grupos de presión.
- ¿Qué lectura tiene del mensaje del 21 de mayo?
- Fue un discurso sereno, sin la perspectiva refundacional que usó el año pasado, lo que parece positivo. Fue bastante impreciso en cuanto a los mecanismos que se usarán para revitalizar el crecimiento, sin embargo presumo que dichos anuncios vendrán gradualmente en las próximas semanas. Destaco que se haya reconocido el cuadro desfavorable en que se encuentra la economía chilena y la importancia de revertirlo.

ROSENDE Y críticas A LA UC POR PENTA

Una visión distinta a la del actual decano de Economía de la UC, José Miguel Sánchez, tiene Francisco Rosende respecto de las críticas al rol formativo de ese plantel en los egresados involucrados en los últimos escándalos financieros como el caso Penta. "No me parece razonable criticar a esta facultad y a ninguna otra por lo que pueda estar ocurriendo en un grupo muy reducido de personas. Estamos hablando de un número pequeño con respecto al total de egresados que tiene esta facultad, donde lo que se ve es un compromiso muy grande con el país en términos de políticas públicas, de creación de empresa, de contribuir al desarrollo", señala. Añade que "se trata de personas respecto de las cuales están en proceso de investigación, no me parece razonable establecer una condena social a priori. Y finalmente si se les condena y se les acusa de que tuvieron conductas reñidas con la ley -cosa que no ha ocurrido hasta el momento-, no se puede pretender que en un período muy corto como el que abarca la formación superior, que la universidad resuelva todos los problemas de formación que puede tener una sociedad".

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