Las acciones de la petrolera británica BP seguían desplomándose ayer
en Londres en respuesta al fracaso de su último intento por contener el
derrame en el Golfo de México. Los títulos han perdido más de un tercio
de su valor, o cerca de 46.000 millones de libras esterlinas (US$ 67.000
millones) desde la explosión de la plataforma hace seis semanas, en
abril. Mientras que el costo de las tareas de limpieza y las
compensaciones, que el 28 de mayo se estimaban en US$ 930 millones,
ahora ascenderían a US$ 990 millones.
Las acciones de BP cayeron
cerca de 17% ayer a su mínimo en más de un año, lo que destruyó US$
23.000 millones de capital en tan sólo un día.
Pero BP no ha sido
la única afectada. Las otras cuatro petroleras involucradas en el
derrame, Anadarko Petroleum, Transocean, Halliburton y Cameron
International, ya han perdido US$ 40.000 millones en valor de mercado.
Sumado con lo de BP, la cifra total asciende a más de
US$ 100 mil
millones.
El desplome de las acciones redujo el valor del grupo
británico a 77 mil millones de libras esterlinas
(US$ 113.000
millones) de 93 millones de libras el viernes y los 123 mil millones
antes del accidente.
"Aunque el mercado ha exagerado a las malas
noticias, creemos que habrá poco estímulo para las acciones mientras la
filtración de petróleo continúa llegando al mar", dijo a Reuters el
analista de Panmure Gordon, Peter Hitchens.
Nuevas amenazas
Actualmente,
la deuda de BP tiene una calificación de AA, cerca de la más alta para
los bonos de empresas. Pero los agentes consideran que el riesgo de
default es similar al de una petrolera más pequeña, como la española
Repsol o uno de los bancos más débiles de Europa. Los seguros contra un
impago de BP a cinco años se ampliaron 71 puntos base a 173 puntos,
según la firma Markit.
Los analistas también están advirtiendo
que la caída en su capitalización la deja expuesta a una compra hostil,
si no fuera porque el daño a su imagen y los desconocidos costos del
derrame podrían disuadir a los interesados.
El riesgo aumenta a
medida que crece la percepción de que BP no podría contener el derrame
antes de agosto, lo que empeoraría con la temporada de huracanes, que
comenzó ayer, elevando las posibilidades de que más petróleo llegue a
las costas y complique los trabajos de limpieza.
Finalmente está
el riesgo regulatorio. El fiscal general Eric Holder anunció ayer que
EE.UU. inició una investigación judicial sobre el caso. "Aplicaremos
todo el peso de la ley a cualquiera que haya violado la legislación",
dijo.
Mientras que el ex secretario del Trabajo, Robert Reich,
está presionando para que el gobierno intervenga temporalmente a la
petrolera.