Economía y Política

El IPoM: culpando al Empedrado

Por: | Publicado: Martes 5 de abril de 2011 a las 05:00 hrs.
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Tanto en lo referente a la proyección para la actividad como para la inflación, la autoridad entrega pronósticos acordes con los que en la actualidad tiene el promedio del mercado, los cuales en esta oportunidad también suscribimos. Las diferencias se dan en el diagnóstico en relación a las causas detrás del importante repunte en las expectativas de inflación. Al leer el informe, queda la sensación que el incremento de las expectativas de inflación tiene su origen, principalmente, en las presiones de precios de bienes importados, particularmente el petróleo y los alimentos. Sin desconocer la importancia de estos elementos, pensamos que ellos sólo explican una fracción del incremento en las presiones inflacionarias, el resto proviene de elementos que políticamente cuesta más reconocer, toda vez que obedecen a decisiones que ha tomado la propia autoridad monetaria en el pasado.



Lo primero, desde hace ya varios trimestres, cuatro si incluimos el primero de este año, la demanda interna viene creciendo a un ritmo muy exacerbado, con tasas de expansión de dos dígitos en todos los casos, lo que ha provocado una importante aceleración en la actividad global y un rápido cierre en las brechas de capacidad ociosa que mantenía nuestra economía post crisis. El cierre de brechas ha redundado en presiones inflacionarias sobre los precios que se determinan internamente, lo que queda en evidencia si tenemos en cuenta que ya en julio del año pasado la parte No Transable de la canasta del IPC anotaba una variación en doce meses de más de 6%. Dado esto, en esa época éramos enfáticos al señalar la necesidad de apresurar el ritmo de normalización en la tasa de política monetaria, para evitar “llegar tarde”. Dado el ritmo mostrado por la actividad, nada justificaba mantener una política monetaria súper expansiva, más aun teniendo en cuenta el fuerte crecimiento esperado para el gasto público.

Lo segundo, tema políticamente más incómodo, fuimos siempre contrarios a la intervención del mercado cambiario, por cuanto no entregaría los resultados deseados y más bien complicaría el panorama inflacionario. Lamentablemente acertamos, al día siguiente del anuncio de compra de US$ 12 mil millones, las expectativas de inflación a doce meses se ajustaron medio punto al alza. El tipo de cambio real, que es el que importa, igualmente mostrará una caída (acorde con los fundamentos) pero en forma menos sana, es decir, con tipo de cambio observado algo más alto pero con mayor inflación interna. Pregunta ¿Cuál sería la predicción de inflación para fines de este año si el Central no hubiera intervenido, y el tipo de cambio se situara, digamos, en 450 pesos? Me atrevo a apostar que bajo el 4%. Corolarios: 1. La independencia del Banco Central existe para ejercerla, ceder a presiones políticas normalmente resulta costoso; 2. El mandato principal del Banco Central es la estabilidad de precios. 3. La autoridad Monetaria no tiene herramientas para alterar la trayectoria del Tipo de Cambio Real.

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