El papa reconoce "dolor y vergüenza" por abusos contra niños por parte de miembros de la iglesia y La Moneda lo aplaude
En su encuentro con la sociedad civil, en La Moneda, Su Santidad también instó a no perder la capacidad de "escuchar".
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En medio de una gran expectación, el Papa Francisco encabezó esta mañana una de sus primeras actividades oficiales, participando en el palacio de La Moneda de un encuentro con autoridades de la sociedad civil, donde su intervención no pasó desapercibida tras pedir perdón por los abusos cometidos en contra de niños por miembros de la Iglesia.
En el palacio de gobierno, fue recibido por la Presidenta de la República Michelle Bachelet - quien posteriormente se reunió de manera privada con el Santo Padre- además de una serie de autoridades como el presidente electo Sebastián Piñera, el expresidente Ricardo Lagos y el titular del Senado, Andrés Zaldívar, entre otros.
"Bienvenido papa Francisco, le abrimos las puertas a un amigo", dijo la mandataria en el inicio de su mensaje de bienvenida, subrayando recordándole al Papa que conoce Chile porque vivió aquí una época de su vida y que por lo tanto sabe que "es un país hermoso y privilegiado, no solo por su naturaleza, sino que especialmente por sus habitantes. Somos gente esforzada", dijo.
En los cerca de siete minutos que duró su intervención, Bachelet afirmó que "hoy Chile es otro", rememorando así la visita de Juan Pablo II, hace 30 años, en plena dictadura militar.
"Lo hacía en medio de la ansiedad que sentíamos por dar a conocer la realidad de un país herido, necesitábamos que los ojos del mundo nos acompañaran, que nos ayudaran a superar la falta de libertad. Y esa voz esperanzadora llegó y contribuyó a que nuestro país volviera a reencontrarse años después. Qué bueno poder decirle que hoy Chile es otro", sostuvo la presidenta.
En ese sentido, la jefa de Estado destacó que "por encima de nuestras diferencias, hemos transitado a un caminos de encuentro y Justicia. Hemos empujado juntos el desarrollo, y hemos construido condiciones de dignidad y bienestar para millones de compatriotas", que ello ha sido posible porque "entre todos hemos fortalecido nuestra democracia, con más tolerancia, libertad y transparencia, viendo a las personas como ciudadanos y no como consumidores, tal como Usted ha enseñado".
De igual forma Bachelet enfatizó que en estos años "también hemos conquistado importantes Libertades y Derechos en Educación, en salud, en vivienda. Hemos protegido nuestra naturaleza, para hacer sostenible nuestra vida en el hogar común que habitamos. Y lo hemos hecho porque creemos que el desarrollo y el crecimiento no son fines en sí mismos, sino que instrumentos para tener vida más dignas, con más capacidades, más bienestar y mejor convivencia".
Así, añadió la mandataria "en los treinta años desde la visita de Juan Pablo II hemos pasado del dolor a la esperanza, de la división al encuentro, del temor a la confianza. Aunque a decir verdad, tengo que confesar que son harto desconfiados los chilenos, pero en este clima, mucho más confianza".
Y al resaltar las tareas que mantiene el país, Bachelet resaltó que "lo avanzado debe ser sostenido y defendido. Que tenemos deudas pendientes como sociedad y que nuevos desafíos vienen a probar nuestras fuerzas", dijo apuntando a la desigualdad, a los más necesitados, a la deuda con el pueblo mapuche, a "la vergüenza que sentimos como sociedad, ante la vulnerabilidad de parte de nuestra infancia" y la realidad de la migración.
El perdón del Papa y el llamado a escuchar
Tras la intervención de la mandataria, fue el turno del Sumo Pontífice, que comenzó su exposición repasando pasajes del himno nacional ("Puro Chile es tu cielo azulado") para luego realizar un gesto que fue interpretado como una señal de Estado al admitir que sentía dolor y vergüenza por los abusos cometidos en contra de los niños por parte de miembros de la Iglesia y pedir perdón por ello.
"No puedo dejar de manifestar dolo y la vergüenza que siento ante el daño irreparable causado a niños por parte de ministros de la Iglesia", dijo el Papa, que acto seguido recibió un aplauso cerrado por parte de los asistentes al encuentro.
"Me quiero unir a mis hermanos en el episcopado, ya que es justo pedir perdón y apoyar con todas las fuerzas a las víctimas, al mismo tiempo que debemos empeñarnos para que no se vuelva a repetir", dijo la máxima autoridad de la Iglesia Católica,
De igual forma el Papa Francisco destacó que en el país no se puede perder la capacidad de "escuchar" en un país donde la pluralidad étnica, cultural e histórica "exige ser custodiada de todo intento de parcializacion o supremacia".
En ese sentido, enfatizó que es necesario escuchar a "los parados, que no pueden sustentar el presente y menos el futuro de sus familias; a los pueblos originarios frecuentemente olvidados, cuyos derechos necesitan ser atendidos y su cultura cuidada; a los migrantes que llaman a las puertas del país en busca de mejoras; a los jovenes en su afán de tener más oportunidades, especialmente en el plano educativo y así sentirse protagonista del Chile que sueñan y escuchar a los ancianos con su sabiduria y fragilidad y a los niños".
Tras finalizar su intervención y terminado el acto, el Papa Francisco se reunió de manera privada y a solas por un poco más de 15 minutos con la mandataria. Al finalizar la cita, Bachelet le regaló a Su Santidad dos candelabros de cobre y libros de Música Chilena, mientras que el Sumo Pontífice le hizo entrega a la gobernante una medalla conmemorativa del viaje, que es un presente tradicional de sus giras.
Posteriormente el Papa se dirigió al Parque O'Higgins, donde encabezó la primera de las santas misas que realizará en el marco de su visita al país.