El Banco Central cumplió con las proyecciones del mercado y decidió bajar la tasa de política monetaria (TPM) por cuarta vez en el año. Se trata de un ajuste de 25 puntos base (un recorte por el que apostaba la mayoría de los expertos) que dejó a la tasa en 3,5%, su nivel más bajo desde febrero de 2011.
En su comunicado, el emisor reconoció que los antecedentes de la economía local muestran que el ritmo de expansión de la actividad y la demanda se ha reducido con mayor intensidad a lo previsto.
"A la caída de la inversión se ha sumado una desaceleración más marcada del consumo privado. Si bien se observan señales de menor dinamismo del mercado laboral, la tasa de desempleo se mantiene baja", dijo el organismo.
Respecto a la inflación de mediano plazo, indicó que las expectativas se mantienen en torno a 3%. En esa línea, dijo que el escenario más probable sigue considerando que la inflación se mantendrá por algunos meses por sobre el límite superior del rango de tolerancia para retornar luego a la meta, evolución que se continuará monitoreando con especial atención.
"El Consejo evaluará la posibilidad de introducir recortes adicionales de la TPM de acuerdo a la evolución de las condiciones macroeconómicas internas y externas, y sus implicancias para las perspectivas inflacionarias", dijo la autoridad monetaria, manteniendo el sesgo expansivo.