En abril de 2016, Evolución Política, más conocido como Evópoli, daba sus primeros pasos como partido, intentando representar al mundo liberal –en lo económico y lo valórico- que se sentía huérfano de representación en la centroderecha. Por esos días, su figura más fuerte era el actual senador por La Araucanía, Felipe Kast, quien pasó brevemente por el gabinete de la primera administración de Sebastián Piñera, como ministro de Desarrollo Social, cargo que luego asumió Joaquín Lavín.
En 2017, la tienda presentó a Kast a la primaria presidencial de Chile Vamos, en la que quedó tercero con el 15,4% de los votos, detrás de Piñera (58,35%) y Manuel José Ossandón (26,25%). Ese mismo año postuló al Senado por La Araucanía, resultando electo con el 18,83% de los votos, pero cumplido el período decidió no ir a la reelección, lo que algunos representantes del bloque atribuyen al riesgo de no lograr el apoyo requerido.
En 2021, al exministro de Hacienda de Piñera, Ignacio Briones, le fue peor que a Kast en la primaria anterior, llegando solo al 9,85%.
El decano de la Facultad de Gobierno de la UDD, Eugenio Guzmán, plantea que el partido “necesita, probablemente, calle para hacerlo más amplio, necesita más trabajo en terreno”.
Hoy el partido tiene 14.994 militantes, según el conteo más reciente de julio de este año.
Algunos analistas y cientistas políticos atribuyen la baja militancia a que Evópoli es un “partido de nicho” o de “elite” o, simplemente, a que en estos últimos años “la derecha está viviendo un proceso de polarización o de búsqueda de identidad más sólida” que la planteada por la colectividad encabezada por Juan Manuel Santa Cruz.
El decano de la Facultad de Gobierno de la UDD, Eugenio Guzmán, cree que sus propios dirigentes “están conscientes” de que es un partido de “elite”, lo que dificulta su crecimiento. Y añade que la tienda “necesita, probablemente, calle para hacerlo más amplio, necesita más trabajo en terreno”.
Es esta situación, según el experto, la que explica que desde su fundación, “en las sucesivas elecciones no fue capaz de capitalizar un nivel de votos suficientemente contundente”.
El asesor comunicacional Patricio Dussaillant sostiene que “Evópoli perdió parte de su sello distintivo y pasó a ser un partido sin una narrativa que lo singularice, más allá del nicho electoral, principalmente, en la elite del país”.
¿Dificultad electoral?
Incluso el experto advierte que si la colectividad no construye “un relato claro y muestra utilidad política, dentro de su coalición y frente al electorado, corre el peligro de quedar en un espacio de irrelevancia, de existir formalmente, pero sin peso real en la agenda política ni en la disputa electoral”.
Guzmán comparte esa mirada, indicando que para la elección de noviembre la tienda podría sortear el umbral del 5%, pero lo ve “complicado”. Dussaillant también percibe a la colectividad en “un escenario de debilidad electoral”.
El cientista político Patricio Gajardo agrega que una de las razones que ha llevado a Evópoli a la actual situación es que “en Chile se está desmoronando el centro político. La gente le está pidiendo identidad y claridad en sus propósitos a los partidos políticos”, lo que -a su juicio- no solo ha afectado a Evópoli, sino que también a Evelyn Matthei en Chile Vamos.
No obstante, añade que “los partidos, cuando se están formando, requieren un liderazgo potente (…) particularmente en la derecha, que tiende a ser más pragmática”.
La colectividad fundada por Felipe Kast, dice Dussaillant, está perdiendo influencia en la oposición, ya que no logra articular un relato diferenciador de cara al electorado; y porque “ha sufrido una merma de parlamentarios y hoy carece de voces fuertes que proyecten el partido hacia la ciudadanía”, mirada compartida por Gajardo.
Un lugar en la política
El presidente de la colectividad, Juan Manuel Santa Cruz, discrepa de quienes plantean que su partido sea de “elite”, argumentando que ocho de sus alcaldes, de localidades como Purén, San Pedro de La Paz o Quirihue, “son personas con un compromiso social muy profundo”.
Aunque sí comparte que hay un fenómeno nacional y global en el que los discursos se han ido extremando y que quienes “entran en sintonía con ese sentimiento, del sector político que sean, tienen un rédito electoral mucho mayor; y eso genera una presión sobre los partidos”, en lo que -dice- no caerá Evópoli.
Pese a las dudas de los analistas, el líder de la tienda afirma que seguirán en el ruedo político, superando el desafío de las parlamentarias.
Su expresidente, Hernán Larraín Matte, tampoco considera que sea un partido de “elite” y argumenta que “es más bien pequeño, pero que ha mantenido un lugar en la política” nacional.