El último Índice Global de Complejidad Corporativa (GBCI, sigla en inglés) 2025, elaborado por TMF Group, ubicó a Chile en el primer tercio de países donde es más complejo hacer negocios.
El país se posicionó en el puesto 20 en el ranking, empeorando su desempeño respecto del año anterior, cuando ocupó la posición 21. Sin embargo, el último reporte marcó una fuerte mejora frente a las mediciones de 2022 y 2023, cuando Chile estuvo en los lugares 15 y 14, respectivamente, de los países más complejos para hacer negocios.
Con esta nueva entrega, Chile en una posición más favorable que países como México, Colombia, Brasil y Argentina, pero menos que Uruguay y Ecuador. Esto lo ubica en una zona media-alta de complejidad dentro de Latinoamérica.
La medición incluyó 79 jurisdicciones que representan el 94% del PIB mundial y se basó en 292 indicadores de complejidad empresarial para elaborar el ranking.
El estudio analizó aspectos como la contabilidad e impuestos; nómina y recursos humanos y, finalmente, la gestión de entidades, que incluye los trámites para abrir una empresa, los requisitos de representación legal y la documentación exigida.
Además de estos factores técnicos, el informe toma en cuenta elementos de contexto como la inestabilidad política, los cambios legislativos, la digitalización de procesos y la capacidad de los países para adaptarse a nuevas formas de trabajo como el teletrabajo.
Grecia, el más complejo
De acuerdo al informe, Grecia, Francia, México, Turquía y Colombia lideran e ranking de complejidad debido a aspectos como los altos niveles de burocracia, marcos regulatorios cambiantes y exigencias administrativas que dificultan la entrada de nuevos actores al mercado.
Dentro de los países en donde la complejidad corporativa disminuye, están Islas Caimán, Dinamarca, Nueva Zelanda, Hong Kong y Jersey. Estas jurisdicciones se caracterizan, de acuerdo al estudio, por tener marcos legales estables, procesos administrativos digitalizados y entornos favorables a la inversión extranjera.
Desde TMF Group advirtieron que, si bien la complejidad empresarial puede ser gestionable para grandes multinacionales con experiencia, representa una carga significativa para inversionistas extranjeros y para empresas locales que buscan crecer.