Por A.Chávez y M. Helguero
A la espera que el gobierno oficialice su propuesta de reajuste al salario mínimo, desde el mundo de los trabajadores y el parlamentario, ya han surgido algunas propuestas que piden un incremento de la cifra por sobre el IPC, es decir, superior al 4%, pavimentando así el camino de un debate que se viene.
Por ello, junio es clave para que el Ejecutivo y trabajadores acerquen posiciones para fijar el nuevo sueldo mínimo. De hecho, en los pasillos del Congreso muchos coinciden en que para generar un debate sin trabas, La Moneda debe llegar con una propuesta consensuada, de manera de no reeditar lo ocurrido el año pasado, donde tras un complejo escenario el proyecto de ley que fijó el salario mínimo en $ 172.000 (4,2%) se aprobó en tercer trámite y en medio de una tensa discusión.
Y si bien las tratativas ya comenzaron, éstas sólo se han dado en el ámbito de la informalidad, a través de contactos telefónicos entre el ministro de Hacienda, Felipe Larraín, y el presidente de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), Arturo Martínez, quien por su parte, ya anunció que este año pedirán que el debate se centre en el monto y no en el porcentaje. El líder de la Central pide $ 190 mil, equivalente a algo así como un reajuste del 13%.
El aumento debe estar aprobado a fines de junio para que entre a regir el 1 de julio. Altas fuentes de gobierno afirman que se barajan dos escenarios: llegar a un acuerdo con los trabajadores, por lo que la iniciativa legal entrará con tiempo al Congreso. Y dos, de no lograrse un acuerdo, el proyecto será ingresado a última hora, con discusión inmediata para obligar a los parlamentarios a votar, de modo de no dilatar el debate.
La apuesta parlamentaria
En la Alianza, los diputados Joaquín Godoy (RN) y Ernesto Silva (UDI), coinciden en que más que poner una cifra sobre la mesa se deben fijar variables para determinar el salario mínimo. Godoy plantea que “el gran acuerdo tiene que determinar qué variables se van a tomar en cuenta para hacer los reajustes salariales”. Y explica que es importante que todos los sectores “coincidan en las variables relevantes para decidir, como el nivel de productividad, costo de la vida, entre otras”.
En tanto, Silva dice que “tenemos que tratar de ponernos de acuerdo en una cifra que calce con la variación de precios de la inflación y con los cambios que se están viendo en productividad, donde vemos señales positivas”. Y recalca que el salario mínimo debe ser fijado anualmente y no trienal, como pide la CUT, porque “los escenarios cambian tanto”.
Anticipándose al gobierno, los diputados DC, son uno de los pocos en la Concertación que han exteriorizado sus expectativas. El jefe de la bancada, Aldo Cornejo, planteó que el reajuste del salario mínimo debiera estar por sobre el IPC de los pobres, de los alimentos y de los combustibles, vale decir, superior al 7%. Mientras, el diputado Pablo Lorenzini (DC), subraya que el gobierno debe “auscultar lo que piensan los parlamentarios, para no llegar el último día presionando”, y advierte que no “aprobará un monto inferior a $ 185 mil”. El parlamentario también cree que hay que avanzar en la propuesta de la CUT y hacer una negociación por tres años, pero a diferencia de la multisindical, dice que al cabo de ese período el sueldo mínimo debe ser de $ 210 mil.
Desde el PS, afirman que el debate anual del reajuste sólo “genera tensiones que no son buenas para la economía”. El senador Juan Pablo Letelier (PS) dice que “debería hacerse una definición que permita reajustes plurianuales, con un mecanismo establecido en la ley que contemple crecimiento, productividad y equidad”.
En tanto, los diputados PS se reunirán este lunes con una serie de organizaciones para conocer sus demandas y así avanzar en una propuesta, anunció el jefe de la bancada, Alfonso De Urresti.
En el PPD, el diputado Pepe Auth, advierte que si bien “el incremento del reajuste debe ser superior al crecimiento económico -estimado para este año en 6%- para que cumpla algún rol redistributivo”, también es el momento de volver a la discusión del salario ético.