Un capítulo más se vivió ayer tras la controvertida visita del ex presidente Ricardo Lagos a La Moneda el jueves pasado para reunirse con el vicepresidente Jorge Burgos en el marco de las audiencias que está llevando a cabo el secretario de Estado para recibir propuestas por la reforma constitucional.
Fue el propio personero quien se encargó de salir al paso de las especulaciones que rondaban en Palacio por la supuesta molestia que habría ocasionado en la propia Presidenta la forma en que se llevó a cabo el encuentro.
El jefe de gabinete fue enfático, en una entrevista radial, en aclarar que la mandataria estaba plenamente al tanto de la cita: "La venida del presidente Lagos estaba informada a la Presidenta de la República, que no sólo la aceptó, sino que le pareció una muy buena idea. Todas estas especulaciones de que fue a última hora, que tuvo por objeto buscar respaldo, todo es falso", señaló.
Burgos se encargó, además, de enfrentar otro rumor que resonó en el oficialismo el lunes respecto a una eventual renuncia a su cargo, lo que para algunos hizo recordar la dimisión del ministro del Interior de la primera administración de Bachelet, Belisario Velasco: "Fue una especulación periodística, pero jamás he tenido esa sensación íntima, jamás", dijo enfático.
Además, reiteró la idea de que "la vida no es fácil", agregando que siente el pleno respaldo de la jefa de Estado hacia su gestión: "Todas las semanas como es la vida de todos los seres humanos, hay altos y bajos, lo importante es sentirme como Ministro del Interior respaldado, desde luego por quien me nombró, la presidenta de la República, los partidos políticos particularmente los de la coalición de que soy miembro".
El vocero de gobierno, Marcelo Díaz, a través de una entrevista televisiva reforzó la idea del jefe de gabinete explicando que "la visita estaba programada en el marco de las tareas que ella misma nos encomendó, de sostener conversaciones con distintas personas para hablar de la Constitución, la reunión estaba agendada desde antes del viaje de la Presidenta", agregando que todo lo demás es un "exceso de interpretaciones".
Este escenario ha incomodado a La Moneda, en donde se advierte un clima de molestia ante las constantes declaraciones que hacen desde los partidos de la Nueva Mayoría que hace recrudecer las tensiones. Así, desde el lunes a través de mensajes públicos y privados se ha reiterado el llamado a las diferentes tiendas a dejar de lado las malas interpretaciones y abocarse derechamente al trabajo legislativo. En el gobierno reconocen, eso sí, que cada día se hace más compleja la relación con los partidos del conglomerado.
En esa línea, la mandataria dio ayer un nuevo mensaje al parlamento en medio de la discusión por la reforma educacional, haciendo un llamado a no ser "tan negativos", en el debate del proyecto de gratuidad en educación superior que será enviado próximamente, pues permitirá que "todos los chiquillos" puedan finalmente estudiar gratis, expresó en una visita que realizó al Liceo Industrial chileno alemán.