Este viernes es un día especial para el decano de la Facultad de Economía y Administración de la Pontificia Universidad Católica de Chile, José Miguel Sánchez. Después de siete años de construcción, desde que pusieron la primera piedra en 2018, se inaugurará la cuarta y última etapa de la remodelación y ampliación de la facultad.
Otra novedad es que se lanzó este jueves -en la casa central de la casa de estudios- la “Cátedra Economía e Inteligencia Artificial”, donada por el exministro de Hacienda, Felipe Larraín, en honor a sus padres Vicente Larraín y Marta Bascuñán.
Pero Sánchez no solo tiene puesta su atención en lo educacional, sino que también en la política.
De hecho, una de sus preocupaciones está donde estos dos puntos se unen: la propuesta del Financiamiento público para la Educación Superior (FES), que reemplaza el CAE.
“A mi juicio es un grave error”, dijo, pues “pone en riesgo al sistema universitario chileno, que es el mejor de Latinoamérica, por mucho”, aseguró.
“Es un poco grandilocuente la frase. Yo no creo que el país se caiga a pedazos. Yo creo que estamos al debe en muchas cosas. El país necesita y puede crecer mucho más”.
“Cuando uno depende del financiamiento que provee el Estado, se corre el riesgo muy grande de perder la autonomía y la autonomía es parte de la esencia de lo que es una universidad”, agregó.
El decano entregó sus perspectivas políticas, desde el punto de vista económico, a dos días de la elección presidencial y parlamentaria de este domingo 16 de noviembre.
- ¿Cómo está terminando la gestión económica de este Gobierno?
- Hay aquí de dulce y de agraz. Este Gobierno se demoró mucho en partir, porque estuvo esperando la Convención Constitucional, entonces no partió hasta después de septiembre del primer año, y perdió meses valiosísimos. Y que fue un remezón fuerte, porque su agenda original estaba muy relacionada a los temas que salieron del fracasado proyecto de convención. Eso fue un problema, pero creo que ese fracaso significó un cambio de giro en la línea que siguió el Gobierno. Recién ahí empezaron a ver que era necesario crecer.
- ¿Y los desafíos pendientes?
- Tenemos un tema muy complejo en la parte fiscal. No hay ninguna holgura fiscal hasta 2030. O sea, el próximo Gobierno, cualquiera sea su signo, no va a tener recursos. Entonces, claramente eso es un problema. Y es un problema porque además venimos de una situación donde por tres años consecutivos no se ha cumplido la meta de balance estructural. En 16 de los últimos 18 años ha habido déficit fiscal y eso, obviamente, tiene consecuencias en términos de la credibilidad de la regla fiscal.
(...) Creo que en eso el Gobierno no hizo completamente la tarea. Al ministro Marcel siempre lo he encontrado un súper buen economista, pero la verdad es que en esto quedó al debe, porque no cumplió los últimos tres años. Aunque yo siempre pienso que no hemos visto el contrafactual. O sea, no sabemos qué hubiera pasado si él no hubiera estado ahí.
- ¿Otro punto es el mercado laboral?
- Sí, el segundo desafío que veo yo es el mercado del trabajo. Tenemos tasas de desempleo altas en 8,5% hoy día, pero en las mujeres es mucho mayor, alrededor del 9,5%, que es altísimo. Y también en los segmentos más jóvenes es mucho más alto. Creo que eso es un problema y mientras no empecemos a crecer más del 2% -que estamos haciendo ahora-, va a ser difícil que eso se reactive.
- ¿Comparte las críticas de la oposición graficadas en que el “país se cae a pedazos”?
- No, es un poco grandilocuente la frase. Yo no creo que el país se caiga a pedazos. Yo creo que estamos al debe en muchas cosas. El país necesita y puede crecer mucho más. Y, para mi gusto, siempre lo he dicho y lo repito ahora: la mejor política social es el crecimiento. Este país puede mucho más. Yo soy súper optimista de que este país, con los incentivos correctos, puede volar.
Pero eso implica destrabar la inversión. Se hicieron avances importantes en el tema de disminuir los permisos, pero todavía se demoran mucho.
- En ese sentido, ¿qué se juega la economía chilena en esta elección?
- La visión de futuro. Tenemos que incentivar fuertemente la inversión, el crecimiento, la productividad. Y eso implica tener una economía más liviana, más ágil, que no ponga trabas a la inversión, que tenga las regulaciones adecuadas, pero no excesivas. Yo creo que es una visión del país donde el sector privado juega un rol crucial y donde el Estado juega un rol de acompañar ese crecimiento, pero no sustituirlo. Acompañar con regulaciones adecuadas, pero no ahogando al sector privado ni poniéndole una regulación excesiva. Ese equilibrio está en juego este domingo, sin duda.
Definición de candidatos
- ¿Cómo describiría el “menú económico” que presentan los candidatos que hoy lideran las encuestas?
- Todavía estamos muy a nivel de titulares. En la segunda vuelta deben ser mucho más precisos. Cuando Jara habla de un salario vital de $ 750 mil, tiene que decir cómo lo va a financiar. Cuando Kast dice que va a reducir US$ 6 mil millones, tiene que decir cómo. Tienen que decirnos cómo piensan cumplir estas metas. Lo demás son declaraciones. Por supuesto, hay declaraciones que son mejores que otras. O sea, decir que va a modificar la meta del Banco Central o sus objetivos, es una cosa que ya se discutió bastante en la Convención y creo que es una mala idea.
Va a haber una discusión importante respecto a la reducción de impuestos corporativos. Eso es una cosa que hay que mirar y estudiar. Pero, ojo, que tenemos estrechez fiscal. Entonces, no es llegar y bajar impuestos. Hoy no tenemos margen para eso, entonces tenemos que estimar muy bien cuál es el efecto de esa reducción sobre inversión y crecimiento, porque obviamente aquí hay elasticidades involucradas, cada punto de crecimiento genera una cierta cantidad de ingresos tributarios, pero la verdad es que hemos visto a través del tiempo que la Dipres no es muy buena para calcular ingresos tributarios; entonces, hay que tener cuidado con eso.
- ¿Y alguna ausencia?
- Siento que no hay el suficiente interés en la educación preescolar. Yo lo pondría al tope de las prioridades. O sea, si no nos preocupamos de nuestros niños, estamos liquidados.
Tenemos que tener una fuerza de trabajo bien preparada y la fuerza de trabajo preparada parte por la educación preescolar.
- Con voto obligatorio y alto porcentaje de indecisos, ¿cuáles creen que son los mayores desafíos para el próximo Gobierno en materia económica?
- El mercado del trabajo. Si no se puede reactivar la economía y junto con la activación de la economía, que aumente el empleo, vamos a tener ahí un problema. Porque el cóctel es complejo: no hay plata, por lo tanto, la mejor política social es el crecimiento, que de esa manera permite empleo. Y si no hay plata del Estado, entonces que haya por lo menos buenos trabajos.
- ¿Ve factible los recortes de gasto público anunciados?
- No está muy claro todavía en el caso de algunos. En el caso de Kast, que dice que reducir la una cifra bastante significativa de US$ 6 mil millones en 18 meses, pero nunca ha dicho cómo.
Entonces, eso es complejo, porque el Presupuesto tiene muchas rigideces y cuesta encontrar espacios de mejora. Hay que buscarlos, sin duda. Hay que tratar de eficientar el gasto cerrando programas que están ineficientes.
Ahora, las magnitudes que señala el candidato, no veo por dónde.
La candidata Matthei también dice que va a reducir en US$ 2 mil millones anuales. El exministro Briones ha sido más explícito en cómo lo van a lograr. La candidata Jara no propone ningún ajuste fiscal, ella confía mucho en la Ley de Cumplimiento Tributario, pero el FMI acaba de cuestionar que esa ley va a llegar a cumplir lo que dijo que iba a recaudar.
Hay que tener cuidado con eso y sus propuestas implican mayor gasto, no menor gasto.
Pero hay dos cosas que me parecen interesantes de los debates, de lo que hemos visto hasta el momento, yo creo que la segunda vuelta va a ser otra cosa, pero llama mucho la atención, positivamente, que todos hablen de crecimiento y que casi todos hablen de responsabilidad fiscal. Son dos cosas que hablan bien de este país y la institucionalidad económica que tenemos. Es un comentario que he escuchado de gente de afuera. La gente de afuera ve esto y dice ‘este es un país ordenado que tiene un respeto por la institucionalidad’. Eso es algo que tenemos que cuidar.
- Si pudiera decirle una sola cosa al próximo Presidente o Presidenta la noche de su triunfo respecto de la economía chilena, ¿cuál sería su advertencia o recomendación principal?
- Yo no soy nadie para dar un mensaje a las autoridades, pero el mensaje sería cuidar las instituciones. Porque hemos visto que cuando hay algo que no le gusta al Gobierno de turno, empiezan a criticar a la institución. Eso es un gran peligro. Pasó con el Banco Central, pasó con el Consejo Fiscal Autónomo. Eso es muy grave. Hay que cuidar las instituciones, porque es un gran activo que tenemos como economía.
Hay que ser también muy responsable fiscalmente. No entusiasmarse, porque muchas veces los gobiernos quieren llegar a hacer un montón de cosas y me parece muy bien que quieran hacer eso, pero que lo hagan pensando en que hay una responsabilidad fiscal detrás. Este Gobierno, el que venga, va a tener que ser muy creativo, porque va a tener que ver cómo reasignar recursos y eso no es fácil.