"No es fácil crear negocios que sean un aporte en todo sentido"
El reciclaje es el corazón de Green Glass, empresa que se dedica a elaborar vasos a partir de botellas recuperadas. Así lo explica su creador, Óscar Muñoz.
"Mucho más allá de cortar botellas, queremos demostrar que el vidrio no es basura, reconocer y valorar el trabajo de los recicladores de base y cartoneros del país, y no parar hasta que cada vaso del mundo sea de botella", asegura. Uno de los objetivos de Green Glass es impactar a la sociedad y al medio ambiente de manera positiva. "Llevamos ocho años haciendo esto y este año alcanzaremos más de 100.000 vasos fabricados. Y esto sólo el comienzo", explica.
Agrega que su vida profesional y la forma en la que trabaja son causales directas de lo que lleva haciendo hace más de ocho años. "Partí emprendiendo joven. Siempre con las ganas de crear una empresa buena para el mundo y también con las ganas de ser libre. Pasé por lo menos cinco años en los que no paré de trabajar todos los días, sin horario. Fueron muchos años en que vendíamos muy poco", reconoce. Hoy sus productos se comercializan en su web y en Mercado Ripley. "Queremos ser un ejemplo de cómo construir empresa, poniendo a las personas y el medioambiente en el centro, transformando todo lo que creemos y por lo que luchamos en un vaso", dice.
¿Cómo ves el país y la relación con el mundo de los negocios? "Crear negocios que de verdad sean un aporte en todo sentido, no es fácil. Estoy feliz porque ahora hay muchas más oportunidades. Ahora todos están emprendiendo, lo cual me parece genial. La gente más joven profesionalmente es muy difícil de retener y mantener interesada", concluye. Resalta que el género, la raza, color, origen o apariencia "no deberían ser un tema en materia laboral, porque en la práctica se ve cómo funcionan las personas" y recuerda que su emprendimiento lo partió con David, un peruano que cruzó la frontera sin permiso y hoy es uno de los pilares de la empresa.
"Tenemos que hacer aportes desde lo que nos mueve"
Spumante del Limarí, nació hace casi seis años en el valle que lleva el mismo nombre y es un proyecto en gran parte familiar, "ya que trabajo con mi papá y mi marido", explica Sofía Guilisasti, directora de marketing de la compañía que produce el espumante Azur.
Comenta que se quiso crear, junto con otros socios italianos, la primera bodega de método tradicional en Chile y cuando se necesitó la parte creativa, el nombre, concepto de la marca, diseño de etiqueta y otros "entré yo, por lo que mi aporte fue y es fundamental en la empresa. Me motiva mucho toda mi área, como también aprender el manejo del negocio, en especial el rubro vitivinícola, ya que es una tradición familiar", enfatiza.
¿Hacia dónde crees que va el país y qué rol jugarán los profesionales y ejecutivos más jóvenes? Guilisasti recuerda que creció en un ambiente donde predominaba el mundo de los negocios, particularmente su abuelo, papá, tíos y tías.
"Veo que estamos cambiando muy rápido, sobre todo en temas como tecnología y comunicaciones, y el día de mañana el teletrabajo. Por eso, siento que los empresarios jóvenes tenemos que hacer aportes desde las cosas que hoy nos mueven. En mi caso, el cuidado del medio ambiente y cómo podemos hacer de nuestro trabajo algo más sustentable", asegura. Resalta la cruzada que impulsó junto a su marido, para que Spumante del Limarí desarrollara una agricultura orgánica. "Los primeros socios italianos eran más reacios a hacerlo, pero lo logramos y hoy estamos muy orgullosos de que, después de mucho trabajo, la cosecha 2018 sea la primera orgánica de la viña", dice. Adelanta que a futuro "nos gustaría ser autosuficientes en el consumo de energía, mediante mini proyectos de paneles solares, aprovechando la luminosidad del norte".
Consultada por cómo ve la equidad de género, sostiene que "hay que dar empujones para que más mujeres puedan trabajar y llegar a todos los puestos".
Dice que cada vez se están dando más oportunidades, "como por ejemplo en la política, donde se han estado generando avances fundamentales en favor de las chilenas".
"Hay líneas que no estamos dispuestos a cruzar"
Vinculado a la familia de la náutica, Cristobal Grez, a los 18 años debió optar entre ser deportista de alto rendimiento o estudiar una carrera universitaria. Finalmente tomó la segunda opción y se tituló de Ingeniero Comercial de la Universidad Católica, pero nunca dejó de lado su pasión.
"Siempre tuve la ambición de llegar a unos Juegos Olímpicos. Mi hermano Benjamín, después de los Juegos de Londres, me propuso que formáramos equipo juntos e hiciéramos campaña para ir a los de Río de Janeiro en 2016, algo que ya habíamos soñado los dos de chicos. Sin pensarlo dos veces acepté y formamos el Equipo Grez", relata.
Antes de participar en la cita olímpica, trabajó en MBI Inversiones, firma que tuvo que dejar para poder dedicarse full time por 3 años a su proyecto deportivo. A su regresó entró a trabajar en Credicorp Capital, donde hoy forma parte del equipo de renta variable. Grez dice que el ejecutivo joven tiene una mentalidad distinta, donde su generación tiene mucho que aportar en "la manera de enfrentar y resolver los problemas". El énfasis de esta generación está en la sustentabilidad: "Cuando se analizan los negocios, el tema sustentable y el impacto que generan en la sociedad y el medioambiente son uno de los primeros tópicos que aparecen y se preguntan. Yendo un poco más lejos, para muchos jóvenes, el tema económico no es tan prioritario, y estamos dispuestos a hacer ciertos sacrificios para generar un impacto positivo para las futuras generaciones", dice.
Respecto de la crisis en la confianza empresarial, su visión es que se ha generalizado el tema por pocos casos relacionados con transparencia y abuso a los consumidores: "De ninguna manera creo que esa sea la tónica en la mayoría de los empresarios, es más, veo bastante preocupación por cómo mejorar este tema y es algo que acá, internamente, se trabaja día a día, sobre todo en lo que se refiere a la prohibición en el uso de información privilegiada, que es muy importante para un adecuado desarrollo de los mercados financieros".
"Nosotros los ejecutivos jóvenes tenemos ese rol bien claro, y hay líneas que no estamos dispuestos a cruzar con tal conseguir mejores resultados o para hacer atajos en el desarrollo de nuestras carreras profesionales", recalca. Incluso, agrega, está optimista frente a cómo evoluciona esto, porque los jóvenes prefieren irse de una empresa, antes de involucrarse en malas prácticas.
"Tengo fe en la nueva generación empresarial. Veo una ambición muy global y benigna"
La moneda virtual Bitcoin celebró su noveno aniversario. Guillermo Torrealba, fundador y gerente general de Surbtc.com, una empresa que desarrolla y opera servicios utilizando esa tecnología, cuenta que trabajaba en una consultora de innovación y nuevos negocios para la banca y retail cuando conoció el Bitcoin. "El mismo día que me enseñaron de qué se trataba decidí emprender. Fue casi involuntario. Nunca había escuchado de algo que atentara tan correcta y profundamente contra los paradigmas económicos", explica. Aunque en un principio pensó que se estaba subiendo tarde a esta ola -subestimando la velocidad con la que ocurren los cambios importantes-, dice que lo motiva estar contribuyendo a crear una industria que cambiará radicalmente la manera en que opera el mundo entero en términos económicos.
"Me emociona saber que mis hijos no tendrán idea de qué es una tarjeta de crédito, una remesa internacional o un billete, y que por otro lado estarán completamente acostumbrados a la idea de invertir US$ 5 en un proyecto de infraestructura de miles de millones de dólares y al otro lado del mundo, sin tener que preocuparse de nada más que descargarse una aplicación móvil. Estamos en la era de las transformaciones digitales y de viejo no podría perdonarme no haber participado en alguna de estas", dice. Torrealba agrega que no cree en el discurso de que el país no tiene oportunidad de competir en los nuevos negocios de la tecnología. "Estamos hablando de una industria que está naciendo para todos", dice.
Aunque no tiene una mirada muy positiva sobre la herencia empresarial que están recibiendo, es "optimista respecto a lo que se viene, pero no de la mano de los incumbentes necesariamente, sino de la mano de un ecosistema de emprendimiento de gran potencial: Corfo, Startup Chile, algunos fondos de inversión privada y, por supuesto, los emprendedores de nuevas empresas tecnológicas".
"Tengo fe en la nueva generación empresaria, donde veo una ambición muy global y benigna", dice aludiendo a que ellos no solo quieren crecer a otros países, sino que cambiar el statu quo.
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