La
Comisión Europea acusó al grupo holandés Philips y a otros
fabricantes de tubos de rayos catódicos -que se utilizan en televisores y
monitores de computadores- de pactar precios y repartirse el mercado.
Este comportamiento vulnera las reglas del Tratado, que
prohíbe las prácticas comerciales restrictivas. De confirmarse sus sospechas,
el Ejecutivo comunitario podría imponer a las empresas fuertes multas.
Las acusaciones de Bruselas están contenidas en un pliego de
cargos que se envió a las compañías
implicadas. Siguiendo su práctica habitual, la Comisión no desveló
cuántas empresas participaron en los acuerdos ilegales, ni la nacionalidad o
identidad de ninguna de ellas.
Sin embargo, Philips confirmó que había recibido el pliego
de cargos y anunció que lo estudiará
detalladamente y preparará su respuesta. "La empresa pretende continuar
ayudando a las autoridades reguladoras en estas investigaciones", dijo
Philips.
El Ejecutivo comunitario ya lanzó inspecciones por sorpresa
en las sedes de varios fabricantes de tubos de rayos catódicos en noviembre de
2007.