La crisis financiera que golpea al sistema de construcción de viviendas sociales sigue escalando y generando preocupación en la industria. Tal como adelantó Diario Financiero, en las mesas de trabajo del sector se estima que el Ministerio de Vivienda y Urbanismo (Minvu), encabezado por Carlos Montes, mantiene una deuda que supera los US$ 1.000 millones con distintos actores, entre ellos inmobiliarias, constructoras y proveedores, que van desde Pyme hasta grandes compañías en todas las regiones del país.
La propia cartera confirmó la situación a través de correos electrónicos enviados a las empresas involucradas, donde reconoció que no existe “disponibilidad de caja ni aporte fiscal suficiente que permita concretar los pagos autorizados”.
Y según el director ejecutivo de la Asociación de Desarrolladores de Viviendas Sociales, Carlos Marambio, este escenario refleja hechos que comenzaron a manifestarse en abril y mayo en la capital y que hoy ya se extienden con fuerza a otras regiones del país.
“Esperamos que el programa que se propuso para estos cuatro años continúe en el siguiente periodo. Pero con la situación que vemos hoy día, obviamente se pone mucho más cuesta arriba, y eso nos preocupa mucho”.
-¿A cuántas familias podría afectar esta falta de caja?
-El número es de miles de familias. Y esto va a seguir teniendo consecuencias. Si es que la Dipres no entrega más presupuesto, se esperan dos años más con dificultades aún peores que las vividas este año. Ojalá la respuesta no sea que no tenemos la plata, sino que haya acciones que solucionen este déficit.
-Y en términos de empresas, ¿a cuántas ha golpeado?
-No tengo exactamente el número. Pero para darte una cifra, solo en el primer semestre de este año se iniciaron seis mil proyectos menos que el mismo periodo de 2024, justamente porque no hay anticipos y no se están pagando los proyectos. Ya vemos que la industria se contrajo. Probablemente esto es muy, muy masivo. El universo puede ser de cientos o miles de empresas de todos los tamaños que están en esta situación muy dramática de falta de pago. Además, pensemos que estamos frente a una industria que ya está golpeada por la incertidumbre, sobre todo por el tema de los permisos y las recepciones. Ahora, además de eso, se ve afectada por la incertidumbre en los pagos.
Una cartera como esta debe ser contracíclica cuando la economía está mal. La industria se refugia en ésta, entonces, que el Estado no tenga plata para pagar es el peor de los mundos. Luego de una gran crisis post pandemia, hoy día nos enfrentamos con una crisis que es por déficit de caja.
-¿Se han detenido construcciones?
-Hay de todo en este momento, las empresas se han ido arreglando cada uno por su lado. Hay algunas empresas que han asumido el riesgo, y han tenido que ir a conversar con la banca para solucionar el no pago del anticipo o los estados de pago. El costo de paralizar una obra es muy grande. Si uno tuviera las condiciones claras desde el origen, yo estoy seguro que muchas inmobiliarias no hubieran iniciado las obras. Hay otras inmobiliarias que ya tienen sus proyectos listos pero todavía no reciben sus pagos: se están planteando seriamente si entregar o no la vivienda. Es una situación bastante dramática porque sabemos las familias lo urgente que requieren su vivienda.
-¿Cuál es la solución?
-Desde el mundo privado hacemos un llamado con fuerza a la Dipres, al Ministerio de Hacienda, para que logren solucionar esto. La solución es que se entreguen los recursos necesarios para pagar los compromisos contraídos. Esto hay que corregirlo a la brevedad porque genera impactos muy grandes en la industria, impactos muy grandes en las familias. Ya hemos visto casos de familias que no pueden habitar sus viviendas. Ojalá esta conversación que tiene el Ministerio con la Dipres se resuelva pronto porque ha pasado bastante tiempo. Y esperamos que sea en favor de poder pagar los compromisos que se adeudan, que son cifras muy, muy grandes.
-¿Cree que el confirming fue una buena solución?
-Si no estuviera el confirming estaríamos aún más complicados. Pero este solo sirve para estados de pago de obras en ejecución. No es la solución para proyectos que ya están terminados y entregados.
-¿Qué temor tienen ahora?
-Nuestro temor es que si los problemas que vivimos este año partieron en abril-mayo, es que el próximo venga una situación mucho peor, incluso más extensiva. Por eso creemos que lo fundamental de esto es que se transparenten los números, que todos tengamos conciencia de eso, porque no hay suficiente información sobre la mesa.
Creo que debemos tener claro cuánto es la cifra que debe pagarse en los próximos años. Por lo mismo, hemos puesto también las alertas en los comandos de los candidatos a La Moneda para que se informen, se interioricen de la problemática. Ojalá tener cifras más transparentes y esperamos que haya una estrategia más clara de cómo contener este gasto y cumplir con los compromisos.
-¿Este escenario pone en riesgo la continuidad del Plan de Emergencia Habitacional?
-Esperamos que el programa que se propuso para estos cuatro años continúe en el siguiente periodo. Pero con la situación que vemos hoy día, obviamente se pone mucho más cuesta arriba, y eso nos preocupa mucho.