Tal fue la satisfacción del ministro de Energía, Máximo Pacheco, al enterarse que la licitación de suministro eléctrico había superado cualquier expectativa, que a los pocos minutos del cierre del proceso decidió celebrar enviando a todos los contactos de su agenda telefónica un mensaje de Whatsapp donde destacaba el logro.
Ese mismo día, la apuesta que ganó el secretario ejecutivo de la Comisión Nacional de Energía fue objetada por algunos de los participantes, que alegaban que el pronóstico debía ser exacto y Andrés Romero había apostado que recibirían 80 propuestas y no las 84 que realmente llegaron.
Claro que no todo fue alegría. En un estudio de abogados cundió la preocupación. La tarde anterior a la subasta fue imposible abrir la caja fuerte donde habían guardado la boleta de garantía de uno de los participantes de la subasta. Al no encontrar un técnico que solucionara el problema y tras advertir que en realidad se trataba de una puerta de seguridad, la desesperada solución fue acceder al documento a través de un agujero en la pared.