El fondo de compensación de US$ 20.000 millones
dispuesto por BP para los afectados por el vertido en el Golfo de México entró
hoy en funcionamiento, a través de una entidad independiente que gestionará las
demandas vinculadas al desastre.
La compañía petrolera dejó de admitir denuncias por el derrame el pasado
miércoles, las que serán recibidas por el recién creado Centro de Reclamos del
Golfo de México (GCCF, por su sigla en inglés), que hoy abrió sus puertas.
El GCCF administrará los US$ 20.000 millones a través de una cuenta gestionada
por terceros y supervisada por el abogado Kenneth Feinberg, que también dirigió
el proceso de amortización a los perjudicados por los atentados del 11 de
septiembre de 2001.
Feinberg trató de calmar hoy los ánimos de quienes creen que el nuevo sistema
les pagará menos de lo que debería, en un comunicado en el que aseguró que el
objetivo del fondo es "ayudar a reconstruir vidas".
"Quiero asegurarme de que la gente en el Golfo entienda que no dejaremos
que pierdan sus negocios o sus casas. La prioridad número uno del GCCF es
asistir a la gente del Golfo", afirmó Feinberg.