La tabaquera británica ha anunciado el plan de
reestructuración de sus operaciones tras completar la compra del grupo
hispano-francés. A lo largo de tres años, Imperial Tobacco prevé cerrar seis de
sus 58 fábricas en el mundo y eliminar 2.440 empleos, sobre un total de 40.000
personas que tiene ahora en plantilla.
En España, la empresa reducirá 830 empleos, de las 6.700
personas que trabajan actualmente. Prevé clausurar la fábrica de cigarrillos de
Alicante, y transferirá parte de la actividad de esa planta a Logroño. Además,
el grupo va a reorganizar las instalaciones de Cádiz y Palazuelo, y va a
potenciar la planta de producción de puros de Cantabria con el traslado de
operaciones desde Reino Unido y Francia.
Del total de despidos en España, 530 personas trabajan en
las fábricas, 170 en el área de ventas y marketing, y 140 en los servicios
centrales.
Según Gareth Davis, consejero delegado de Imperial Tobacco,
“los proyectos son un paso necesario para el proceso de integración con
Altadis, y asegura un futuro sostenible para el grupo”.