Mucho revuelo ha causado el servicio de traslado de pasajeros con movilidad reducida (PMR) en las dependencias del Aeropuerto Internacional de Santiago durante los últimos días.
Esto, dado que a partir del próximo 1 de diciembre, la concesionaria Nuevo Pudahuel cambiará las condiciones de la prestación del servicio, lo que no tiene muy contentas a las aerolíneas, que escalaron el conflicto a tribunales.
Todo comenzó el 19 de abril de 2023, cuando el reconocido animador y fundador de Teletón, Mario Kreutzberger -más conocido como “Don Francisco”-, criticó a partir de su propia experiencia, la calidad del servicio entregado por el aeropuerto para mover a personas de tercera edad o con dificultades de movilidad.
“Las facilidades del aeropuerto con respecto a la discapacidad no han logrado dar nunca la talla. Desde que el aeropuerto creció, no creció este servicio”, sostuvo el animador en ese entonces, lo que dio pie a que la concesionaria ideara un nuevo sistema para operar el servicio.
El nuevo diseño contempla la incorporación de una aplicación de seguimiento en tiempo real, la renovación de la flota de carros eléctricos y de sillas de ruedas, además de mejorar los espacios de espera en zonas clave como ingresos, salas de embarque y pasillos de llegada.

Pero, ¿por qué esto molesta a las aerolíneas? En específico, el nuevo servicio para personas con movilidad reducida se fraccionaría, lo que implica que a partir de diciembre las aerolíneas se hagan cargo del traslado de pasajeros desde la puerta de embarque al avión, tramo del que históricamente ha sido responsabilidad de la concesionaria del aeropuerto.
Sistema fraccionado
Según las bases de licitación, “el Concesionario deberá proporcionar, en forma continua e ininterrumpida, la asistencia a los pasajeros con movilidad reducida para el embarque y/o desembarque”, pero especifica que la prestación de este servicio debe ser desde la llegada de la persona al aeropuerto hasta la puerta de embarque.
Es esto lo que les preocupa a las aerolíneas: que no se entregue un servicio continuo e ininterrumpido a las aproximadamente 800 personas que lo solicitan cada día.
Para la gerente general para Chile de la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA, por su sigla en inglés), Helen Kouyoumdjian, “un sistema fraccionado es algo que solamente lo hemos visto aquí en Chile, siempre es un mismo proveedor que te acompaña durante todo el trayecto y debería ser así, sobre todo ahora que es un sector que está aumentando y que es positivo que esté viajando más”.
La interna
Conocedores de la trama entre la concesionaria y las aerolíneas aseguraron que “todo esto es un tema de plata” y explican que lo que pasa es que Nuevo Pudahuel quieren ahorrarse un costo, el cual, a su vez, las aerolíneas no quieren asumir.
No obstante, desde Nuevo Pudahuel afirmaron que la nueva modalidad del servicio para PMR es un 77% más costosa; y de acuerdo con la gerente general para Chile de la IATA, “esto va más allá del costo extra que puede significar para las aerolíneas, es el sistema fraccionado lo que nos preocupa. Ninguna aerolínea quiere reclamos o juicios porque este nuevo sistema no funcione como corresponde”.
Ante las discrepancias y la poca resolución, Latam Airlines incluso presentó un recurso de protección ante la Corte de Apelaciones el pasado 17 de noviembre acusando que “en definitiva, Nuevo Pudahuel ha realizado un acto de autotutela, al satisfacer su propio interés de manera unilateral, pretendiendo alterar el status quo y la posición jurídica de Latam contra su voluntad, arrogándose el ejercicio de facultades jurisdiccionales”. La acción fracasó, dado que la Corte declaró inadmisible este recurso.
Desde Nuevo Pudahuel afirmaron que “inicialmente el servicio estaba definido para el 1 de mayo, y luego, por solicitud de las aerolíneas a través de sus gremios IATA y Achila, lo postergamos al 1 de julio, (luego) 1 de noviembre y finalmente se fijó para el 1 de diciembre, cuando comienza a regir el nuevo contrato”.
Con todo, el gerente general de la Asociación Chilena de Líneas Aéreas (Achila), Eduardo Hardessen, sostuvo que “no quiero decir que no haya una buena intención, yo creo que la hay, pero es un proceso que no es fácil ni simple de fraccionar y que además involucra a pasajeros con movilidad reducida”.
A su vez, Kouyoumdjian sostuvo que “todos queremos que funcione bien, pero la concesionaria parece no entender que es parte de un ecosistema aéreo donde todos los actores son interdependientes y necesitan estar bien articulados”.