Los 50 años de historia de Metro de Santiago -celebrados este domingo- han estado estrechamente ligados a la francesa Alstom, responsable de la construcción de los icónicos primeros carros azules de la Línea 1 (los NS-74), pasando por los de la 2, 4, 4A, 5 y, hoy, medio siglo después, de los futuros trenes de la Línea 7.
200 trenes tiene Alstom en Chile y serán 237 con la línea 7.
La marca del fabricante de sistemas de transporte ferroviario se encuentra en el 80% de las máquinas del tren subterráneo capitalino, en contratos de mantenimiento, sistemas de señalización, electrificación y energización de las vías. Pero no solo ahí: también cubre el 50% de la flota de EFE, con 22 trenes de los servicios Rancagua Express y Nos Express, y 35 de Valparaíso.
“Chile es la punta de lanza de Alstom en América Latina y en el negocio global, una prioridad”, dice a DF el francés Denis Girault (50), director general de Alstom Chile y vicepresidente de Mantenimiento para toda la región. Agrega que, históricamente, “Metro ha sido uno de los 10 clientes más importantes de la empresa a nivel global, tanto en lo emocional como en facturación”, donde la estatal representa ingresos por US$ 176 millones al año.
En ventas, Chile es su tercer mercado en Latinoamérica, detrás de Brasil y México; representa el 15% de los ingresos de la firma en la región, cifra que subirá a cerca del 30% con la Línea 7. Y si bien entre sus más de 70 países, el frente chileno mueve solo entre el 1% y 2% del negocio, Girault enfatiza que es un socio “fundamental y estratégico”.
De hecho, adelanta: “En Chile, por esencia y por la historia que tenemos, la verdad es que nos interesa todo y cualquier oportunidad ferroviaria que pueda aparecer. La Línea 9 nos interesa de sobremanera, también estamos muy interesados por la Línea 8, el tren Santiago-Valparaíso y la conexión del metro con el aeropuerto”.
“Nuestro compromiso con Metro de Santiago, EFE y con Chile, va más allá de entregar el precio de un tren: se trata de cómo nos comprometemos en aportar al país”, dice Girault a propósito de la entrada de nuevos actores ferroviarios.
También van por proyectos que ilusionan hace años a otras regiones: “Hay varias oportunidades de tranvías que estamos muy interesados de perseguir, como Viña del Mar, La Serena-Coquimbo y Antofagasta. En general, estimamos que ciudades de más de 300 mil habitantes son perfectas para los tranvías”.
No ofertamos lo mismo
En la última década, nuevos actores del mercado han irrumpido en los procesos licitatorios chilenos, como el consorcio chino CRRC-Sifang, que se adjudicó el Tren Santiago-Batuco, o la española CAF, que se adjudicó en 2013 las Líneas 3 y 6 del Metro.
“Estamos acostumbrados a competir y la mayor competencia la vemos a nivel mundial en todas las ofertas”, comenta sobre el tema Girault. Hace una pausa y agrega: “Pero no ofertamos lo mismo”.
“Nuestro compromiso con Metro de Santiago, EFE y con Chile, va más allá de entregar el precio de un tren. Se trata de cómo nos comprometemos en aportar a la sociedad y a la formación de las personas, contratación local y desarrollo de tecnología de vanguardia. Donde hacemos proyectos, nos instalamos”, dice el ingeniero parisino que lleva 14 años radicado en el país y habla un perfecto español.
“Creo que hay una reflexión global que tenemos que tener sobre cómo valoramos un proyecto no solo por el precio del activo, sino por lo que aporta a la sociedad”, enfatiza.
Made in Chile
La firma cuenta con 700 trabajadores en Chile; 300 de los cuales operan en talleres de mantenimiento. Con convenios con liceos técnicos de Limache, Puente Alto y Lo Prado, han logrado duplicar la presencia femenina hasta las 70 profesionales.
Tienen dos laboratorios de electrónica y un banco de pruebas de freno único a nivel mundial, desde los que trabajan para proyectos de toda la compañía. “Hay una expertise única acá”, remarca Girault y cuenta que no es extraño encontrar técnicos chilenos en el Metro de Panamá o México. Incluso, dice, la persona que prueba y pone en servicio los trenes en Barcelona es un chileno que empezó reparando trenes NS-93 en Lo Ovalle.
En su icónico Taller Neptuno, en la comuna de Lo Prado, fueron los primeros en fabricar trenes en Chile, específicamente los vagones NS-16 que hoy circulan por la Línea 2 y 5 de Metro. ¿Y lo seguirán haciendo? “Nos encantaría poder seguir fabricando trenes tanto para Metro como para EFE en Chile”.
Línea 7: top en el mundo
Para la línea que unirá Vitacura con Renca en 37 minutos, Alstom construirá en su taller en Taubaté (Sao Paulo, Brasil) 37 trenes Metrópolis, la última generación y entre los más modernos del mundo. “El primer tren ya está en fabricación y entre noviembre y diciembre estará ensamblado para lanzarse en 2026 a pruebas estáticas”, detalla.
Tendrán un sistema de mantenimiento predictivo en base a IA para prevenir fallas, que también revisará la salud de las vías y catenarias; señalización CBTC, que permite que los trenes puedan viajar a menor distancia entre sí, mejorando el intervalo de espera; y la solución de atenuación de ruido y vibración más exigente del mundo. “Va a ser un gran éxito”, anticipa.
Entre otros proyectos, Alstom trabaja en la instalación de puertas en los andenes de la Línea 1, en la virtualización de señalética de toda la red EFE (US$ 70 millones de inversión) y ha estado en conversaciones para una eventual modernización de los trenes celestes NS-74 que hoy circulan por la Línea 2 y 5.