Empresas y Startups
El valor de la tercera edad en los negocios
experto alemán alerta sobre el cambio demográfico.
Por: | Publicado: Lunes 30 de abril de 2012 a las 05:00 hrs.
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El envejecimiento de la población ya es un hecho en los países desarrollados y un fenómeno creciente en Chile. Se trata de un cambio demográfico que implica adaptar procesos, estructuras, esquemas y lógicas existentes a las capacidades y necesidades de personas mayores para aprovechar el potencial de una sociedad de larga vida. Es, además, una tendencia que implicará, a mediano plazo, que las empresas experimenten una falta de mano de obra “sumamente calificada”, advierte Marc Bovenschulte, asesor de Innovación del Ministerio de Economía de Alemania y gerente de la Red de Innovación UE.
La fórmula es simple, dice Bovenschulte: hay más demanda (desarrollo competitivo), pero menos oferta (cambio demográfico). A su juicio, Chile tiene un nivel económico y de desarrollo social que requiere, para fomentar la competitividad, generar valor agregado con el conocimiento. Para él, se podría implementar una política de inmigración de personas calificadas, pero cree que la población activa necesita desarrollar sus competencias durante su biografía laboral.
“Este punto es clave para las empresas: cuidar a sus empleados para usar todo su conocimiento y capacidad. Depende mucho de las condiciones laborales el cómo y hasta cuándo el individuo puede contribuir a la productividad y a la competitividad”, sostiene el experto que este año participa del programa Innovation Manager de la Cámara Chileno-Alemana de Comercio e Industria (Camchal).
Para Bovenschulte, hay que romper el mito de que la gente mayor no puede ser creativa ni innovadora. “Los jóvenes generan el conocimiento nuevo y los mayores saben cómo utilizarlo. La innovación necesita de ambos y, en ese sentido, las empresas tienen que superar los clichés de la edad y la falta de desempeño. Si los empleados mayores ‘no funcionan’, es porque no están las condiciones adecuadas”, acota.
En Alemania, añade, durante el último lustro el tema ha motivado el desarrollo de una estrategia nacional. “Muchas empresas ahora tienen equipos de gente de diferente edad, buscan alianzas con colegios para atraer talentos jóvenes, cambian procesos laborales según las necesidades de los empleados mayores y establecen esquemas para desarrollarlos. Este punto es lo más emblemático: la inversión en gente mayor también es una inversión en el futuro”, sostiene.
La fórmula es simple, dice Bovenschulte: hay más demanda (desarrollo competitivo), pero menos oferta (cambio demográfico). A su juicio, Chile tiene un nivel económico y de desarrollo social que requiere, para fomentar la competitividad, generar valor agregado con el conocimiento. Para él, se podría implementar una política de inmigración de personas calificadas, pero cree que la población activa necesita desarrollar sus competencias durante su biografía laboral.
“Este punto es clave para las empresas: cuidar a sus empleados para usar todo su conocimiento y capacidad. Depende mucho de las condiciones laborales el cómo y hasta cuándo el individuo puede contribuir a la productividad y a la competitividad”, sostiene el experto que este año participa del programa Innovation Manager de la Cámara Chileno-Alemana de Comercio e Industria (Camchal).
Para Bovenschulte, hay que romper el mito de que la gente mayor no puede ser creativa ni innovadora. “Los jóvenes generan el conocimiento nuevo y los mayores saben cómo utilizarlo. La innovación necesita de ambos y, en ese sentido, las empresas tienen que superar los clichés de la edad y la falta de desempeño. Si los empleados mayores ‘no funcionan’, es porque no están las condiciones adecuadas”, acota.
En Alemania, añade, durante el último lustro el tema ha motivado el desarrollo de una estrategia nacional. “Muchas empresas ahora tienen equipos de gente de diferente edad, buscan alianzas con colegios para atraer talentos jóvenes, cambian procesos laborales según las necesidades de los empleados mayores y establecen esquemas para desarrollarlos. Este punto es lo más emblemático: la inversión en gente mayor también es una inversión en el futuro”, sostiene.