En medio de los esfuerzos de Codelco para mejorar su competitividad y eficiencia operacional en sus minas envejecidas, la estatal anunció una inédita adquisición minoritaria en una compañía tecnológica estadounidense, compartiendo así el título de “accionista” con un selecto grupo de gigantes mineros, como BHP, Rio Tinto, Newmont y Teck Resources.
La firma en cuestión no es nada menos que I-Pulse, la empresa del legendario minero canadiense Robert Friedland -el mismo detrás de Ivanhoe Mines y de descubrimientos icónicos como Oyu Tolgoi-, que promete transformar la minería en uno de sus procesos más costosos: la trituración y molienda de roca.
Con base en EEUU y laboratorios en Francia, Albuquerque y Detroit, la compañía desarrolla sistemas de energía pulsada de alta potencia (High Pulsed Power, HPP), capaces de fragmentar roca desde su interior, lo que podría reducir hasta un 80% del consumo energético en las etapas de chancado y molienda del mineral, además de reducir el uso de explosivos y el daño a la roca circundante, habilitando operaciones más eficientes, con mayor recuperación de mineral y con menores costos e impacto ambiental.
“Tremenda noticia que es una movida estratégica de Codelco. Necesitamos un nuevo modelo de minería que incorpore más innovación y nuevas tecnologías”, dijo a DF el presidente del directorio de Codelco, Máximo Pacheco.
“Con esta asociación, Codelco se ubica en la premier league de las empresas que están haciendo innovación disruptiva para hacer una minería responsable y competitiva”, agregó.
Además de capital, la estatal aportará con experiencia práctica para acelerar la comercialización de las innovaciones de I-Pulse aplicables a perforación, minería subterránea continua, tunelaje y trituración de rocas. También cuenta con condiciones preferentes en el uso de las tecnologías desarrolladas.
Por su parte, Friedland, presidente y CEO de la firma, dio una calurosa bienvenida a su nuevo accionista chileno y afirmó que “la tecnología de I-Pulse aportará un cambio de escala a la industria minera sin precedentes desde la invención de la dinamita en 1867 por Alfred Nobel”.
Para lograr el apretón de manos, ambos ejecutivos se reunieron durante 18 meses en Europa, Arabia Saudita y Japón, según consignó Bloomberg.
Unicornio tecnológico
I-Pulse nació en 2007 como un spin-off científico para trasladar al mundo industrial la tecnología HPP, hasta entonces reservada a la investigación militar y energética. Además de Friedland, fue cofundada por el físico francés Laurent Frescaline, experto en física de plasmas y hoy director y jefe tecnológico de la compañía.
Entre sus diez directores figuran nombres reconocidos de la industria, como Jeff Currie, exjefe de investigación de commodities de Goldman Sachs; Maria Jelescu Dreyfus, exdirectiva de Goldman y actual CEO de Ardinall Investment Management; Ian Cockerill, exCEO de Gold Fields y Anglo American Platinum; y Guy de Selliers, banquero belga que presidió Havenvest Private Equity Partners y fue vicepresidente de Lehman Brothers Europe.
Además de las gigantes mineras que figuran como inversionistas, la firma también cuenta con el respaldo de fondos como Breakthrough Energy Ventures, de Bill Gates, y el europeo Eurazeo.
En una entrevista en el podcast Macro Voices en 2023, Friedland contó que el Gobierno francés había financiado -hasta ese momento- el 50% de los costos de investigación y desarrollo de la firma, y que se demoraron 18 años en tener sitio web, pese a que en 2017 alcanzaron la categoría de “unicornio” privado, es decir, una valoración de US$ 1.000 millones siendo una empresa emergente.
Según la propia compañía, su tecnología de energía pulsada busca reemplazar procesos altamente contaminantes o ineficientes por descargas eléctricas controladas, que consumen menos energía, producen menos emisiones y generan menos residuos. El mismo Friedland ha criticado en diversos foros “las cantidades increíbles de energía” que utilizan las industrias tradicionales y ha advertido que, si no ajustamos los procesos a la luz de la crisis climática, “estamos al borde de destruirnos como especie”.