El grupo de lujo británico Burberry anunció ayer que Christopher Bailey cederá su puesto como director ejecutivo al veterano de la industria Marco Gobbetti, pero que Bailey mantendrá la dirección creativa, poniendo fin a un experimento de dos años que buscaba combinar ambos puestos, pero que hizo caer las ganancias y las acciones.
Gobbetti, quien ha trabajado por dos décadas en marcas de lujo como Givenchy, Moschino y Bottega Veneta, reemplazará a Bailey a partir del próximo año, en una reestructuración que también contempla la salida de la directora de finanzas, Carol Fairweather.
El anuncio de los cambios impulsó a las acciones de Burberry, que cerraron con un alza de 4,2%, en 1.211 peniques después de subir hasta 7,2%.
Al hacer estos cambios, Burberry está reconociendo la dificultad de tener un CEO que al mismo tiempo sea director creativo. En este rol dual, Bailey debió enfrentar una menor demanda por los artículos de lujo desde París a Hong Kong, que provocó dos años de caída en las ganancias y su mayor purga de costos en años.
“Es claramente un paso hacia adelante y coloca a la compañía en una dirección más sólida”, afirmó Luca Solca, analista de Exane BNP Paribas, a Bloomberg. “Christopher es probablemente más un diseñador que un CEO, ambos empleos eran muy demandantes. Combinarlos en una persona es una carga un poco imposible”.
Esta es la última de una serie de reestructuraciones en la industria de la moda, tras la jugada de Ralph Lauren de contratar al director de finanzas de Coach. La golpeada firma alemana Hugo Boss promovió a su director de finanzas para que lidere una reestructuración, mientras que Gianni Versace reemplazó a su CEO, contratando a Jonathan Akeroyd, proveniente de Alexander McQueen.