Las ventas mensuales del gigante de autos eléctricos BYD registraron en septiembre su primera caída en más de 18 meses, incluso cuando sus rivales locales reportaron fuertes avances en medio de la feroz competencia en el mercado chino.
Los envíos disminuyeron 5,5% a 396.270 unidades el mes pasado, marcando la primera contracción interanual de BYD desde febrero de 2024. Excluyendo las fluctuaciones en torno al feriado del Año Nuevo Lunar, sería la primera baja en los envíos desde 2020, cuando el Covid interrumpió las cadenas de suministro y la vida cotidiana.
La caída se produce luego de que la compañía recortara en 16% su meta de ventas para este año, a 4,6 millones de unidades, aunque un alto ejecutivo dijo que la decisión refleja la capacidad de BYD para responder con rapidez a un mercado cambiante y que la meta revisada sigue siendo un logro.
Con septiembre y octubre usualmente más activos para la industria automotriz en China, BYD y sus pares buscarán aprovechar el último trimestre para cumplir con sus objetivos anuales. A partir de 2026 volverá gradualmente el impuesto a la compra de algunos autos eléctricos, lo que lleva a los analistas a prever un repunte en las entregas mientras los consumidores buscan beneficiarse de la exención antes de que expire.
En contraste, Geely Automobile Holdings avanza rápidamente sobre su mayor competidor, con ventas de 273.125 unidades en septiembre, un crecimiento de 35% frente a igual mes del año anterior. El grupo atraviesa una reestructuración para competir mejor con BYD, que incluye la privatización de su marca de autos eléctricos Zeekr, la cual se encuentra en proceso de retiro de la Bolsa de Nueva York.
Otras marcas que también tuvieron un septiembre sobresaliente fueron Xpeng, que vio sus entregas dispararse 95% interanual a 41.581 unidades, y Zhejiang Leapmotor Technology, que aumentó sus ventas 97% a 66.657 unidades.
Con Beijing instando a varias industrias, incluidos los automóviles, a poner fin a las guerras de precios insostenibles, los fabricantes podrían tener dificultades para mantener su impulso de ventas mediante descuentos agresivos, aunque la campaña del gobierno parece haber tenido un efecto limitado en los productores de autos.