Los demócratas arrasaron el martes en las tres principales elecciones locales de Estados Unidos con márgenes más amplios de lo esperado, lo que supone un impulso muy necesario para el partido, que se encontraba en una situación delicada a diez meses del inicio del segundo mandato del Presidente Donald Trump.
Desde el City Hall de Nueva York hasta Virginia -donde los demócratas conquistaron la gobernación- y hasta California, los triunfos fortalecerán la moral de un partido que ha estado tambaleando tras no lograr ganar la Casa Blanca, el Senado y la Cámara de Representantes hace apenas un año.
El reducido número de contiendas no ofreció un perfil claro de los candidatos demócratas exitosos, pero sí mostró cómo el partido puede dejar atrás las derrotas del año pasado al unirse en torno a temas de bolsillo, como los precios de los alimentos y la vivienda, y al rechazo de las políticas menos populares del presidente.
“No estaba en la papeleta”
Trump fue rápido en repartir culpas después de que se declararan las principales contiendas, horas antes de que el cierre del gobierno federal se convirtiera oficialmente en el más largo de la historia de EEUU, con 36 días.
El mandatario suele caracterizar su barrido en los estados bisagra de 2024 como un mandato para las amplias acciones que ha emprendido en su segunda administración, desde la imposición de aranceles y el aumento de las deportaciones hasta la reorganización del gobierno federal y la expansión de la autoridad del poder ejecutivo.
“Trump no estaba en la papeleta y el cierre de Gobierno fueron las dos razones por las que los republicanos perdieron esta noche”, escribió el Presidente en Truth Social.
Los resultados
En Nueva York ganó el demócrata socialista Zohran Mamdani -de 34 años, musulmán y de origen surasiático-, prometiendo hacer del centro global de los negocios un lugar más accesible, con mayores impuestos a los más ricos para financiar buses gratuitos y supermercados administrados por la ciudad.
“Nueva York, esta noche ustedes han entregado un mandato para el cambio, un mandato para un nuevo tipo de política, un mandato para una ciudad que podamos costear y un mandato para un gobierno que cumpla exactamente eso”, dijo Mamdani y agregó que su victoria demostraba “no solo cómo detenemos a Trump, sino cómo detenemos al próximo”.
Fue una campaña distinta en Nueva Jersey y Virginia, donde los votantes enviaron a dos líderes femeninas políticamente moderadas, con amplia experiencia en seguridad nacional, a las mansiones de sus respectivos estados.
Abigail Spanberger, exoficial de la CIA de 46 años que dejó la Cámara de Representantes en enero tras tres períodos, será la primera mujer gobernadora de Virginia, un estado que ocupa un lugar central en la disputa por el cierre del Gobierno y los esfuerzos por reducir la fuerza laboral federal.
Del mismo modo, en Nueva Jersey, la representante Mikie Sherrill, expiloto de helicóptero de la Marina, ganó una contienda en la que las preocupaciones económicas sobre las cuentas de servicios básicos, la salud y la educación fueron más determinantes que los temas de la guerra cultural o las ayudas estatales.
Vinculando los diversos resultados, “las contiendas muestran que los demócratas con un mensaje económico ganan votos”, dijo Celinda Lake, veterana encuestadora demócrata.
Para los republicanos, las derrotas no fueron una sorpresa, pero subrayan los límites de la influencia de Trump cuando no está en la papeleta, un desafío que se cierne sobre el partido hacia adelante.