La aerolínea británica Virgin Atlantic
pidió hoy a la Comisión Europea (CE) que rechace el proyecto de
alianza entre la también británica British Airways (BA), la
estadounidense American Airlines (AA) y la española Iberia.
En un documento remitido a la CE, Virgin, especializada en vuelos
transatlánticos, advirtió de que la alianza desembocaría en un
aumento de los pasajes por parte de BA y AA y la modificación de
los horarios de vuelos para dejar fuera de juego a sus competidores.
Virgin, propiedad del magnate Richard Branson, también esgrime
que la alianza de BA y AA daría lugar a un monopolio o posición
dominante en las rutas más rentables y concurridas entre EE.UU. y el
aeropuerto londinense de Heathrow, el más importante de Reino Unido.
"Instamos a la CE a rechazar de plano este tercer intento de BA y
AA de aplastar la competición entre Heathrow y Estados Unidos", dijo
el director de Virgin, Steve Ridgway.
El pasado mes de septiembre Branson ya lanzó una campaña para
impedir la planeada alianza porque, en su opinión, crearía un
"monopolio monstruoso".
Según adujo Branson, el proyecto -que daría lugar a una red de
rutas combinadas a 443 destinos en 106 países y con 6.200 vuelos
diarios- conducirá a la fijación de precios y obligará a las
agencias de viajes a cambiar sus pautas comerciales.
Sin embargo, un portavoz de BA replicó hoy que "una vez más
Virgin expone el mismo y viejo argumento, ignorando la
liberalización de Heathrow bajo el acuerdo de 'Cielos Abiertos"
entre EEUU y Europa, que entró en vigor el pasado mes de marzo y
libera el tráfico aéreo entre ambos lados del océano Atlántico.
El portavoz de British Airways agregó que su rival "parece reacio
a avanzar con los tiempos y se contenta con criticar a quienes lo
hacen".
En agosto pasado, British Airways, Iberia y American Airlines
anunciaron un acuerdo para formar una empresa mixta que operaría
rutas entre Europa y América del Norte.
Las tres aerolíneas, que mantendrán su independencia jurídica,
aseguran que la nueva alianza permitirá a los consumidores tener
acceso a rutas más amplias y con más horarios, mientras esperan a
que se pronuncien los reguladores de la competencia.
Se trata del tercer intento de British Airways, que actualmente
negocia su fusión con Iberia, para lograr una alianza con American
Airlines, después de dos tentativas fallidas en 1997 y 2002.