El riesgo de que el Banco Central Europeo (BCE) incumpla su objetivo de inflación se ha incrementado, reconoció ayer el economista jefe de la entidad, Peter Praet, comprometiéndose a acelerar las medidas contra la deflación y el programa de compra de activos conocido como Alivio Cuantitativo (QE, su sigla en inglés) de ser necesario.
Praet afirmó que la caída de los precios de las materias primas y la desaceleración de China están poniendo en peligro la senda prevista para la inflación hacia su objetivo en torno al 2%.
"No debería haber ambigüedad en la disposición y capacidad de actuar del Consejo de Gobierno de ser necesario", dijo el economista jefe del BCE, quien apuntó que el programa de compra de activos "aporta suficiente flexibilidad para hacerlo en términos de tamaño, composición y duración del programa".
El Banco Central Europeo ya había advertido que los acontecimientos financieros en China podrían tener un impacto más adverso de lo esperado dado el papel destacado de Beijing en el comercio mundial.
Las perspectivas de crecimiento de China han bajado de forma pronunciada en las últimas semanas, lo que potencialmente incrementa el riesgo para Europa.
Actualmente, la inflación de la eurozona se ubica en 0,2%, mientras que el objetivo de inflación del BCE se sitúa justo por debajo del 2%. La última previsión de aumento de los precios era un 1,8% en 2017, pero varios factores que influyen en la inflación han evolucionado negativamente desde entonces.
El precio del petróleo ha caído casi 40% desde mayo y el de los minerales está cerca de mínimos históricos ante la perspectiva de que China siga creciendo más lento.
"Los riesgos de China, la caída en los precios de los commodities y condiciones financieras más ajustadas apuntan en la dirección de un mayor alivio cuantitativo", dijo Nick Kounis, director de investigación macro de ABN Amro. "Sin embargo, la inflación central tocó piso y los datos económicos de la zona euro han estado bastante resilientes".