Pese a tener una de las energías más competitivas del mundo, según el índice Global Energy Competitiveness, sectores en Colombia, especialmente la industria, se quejan de que la tarifa que se cobra por usar un kilovatio (KWh) de energía en una planta industrial es de US$ 0,135.
Esto hace que Colombia sea el sexto país de la región con la tarifa de energía eléctrica más cara para los industriales, después de México (US$ 0,21), El Salvador (US$ 0,18), Guatemala (US$ 0,17), Panamá (US$ 0,15) y Uruguay (US$ 0,14), según cifras de la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía de Perú.
La tarifa por kilovatio nacional es muy superior a la de otros países latinoamericanos que no son tan competitivos en los mercados regional y global. Por ejemplo, los precios de la energía eléctrica para el sector industria para economías como las de Venezuela, Argentina, Paraguay y Perú son de US$ 0,005, US$ 0,02, US$ 0,41 y US$ 0,74 por kilovatio (KWh), respectivamente.
Las otras naciones latinoamericanas que cuentan con una tarifa de energía eléctrica para la industria menor a la colombiana son Bolivia (US$ 0,106), Chile (US$ 0,104), Costa Rica (US$ 0,09), Brasil (US$ 0,08) y Ecuador (US$ 0,07).
Ya que Colombia divide su generación de energía en cuatro partes, la explicación que tiene el sector de producción del recurso frente a este tema es que hay un costo porcentual que se va sumando al precio final en cada una de las etapas.
Según Arturo Pardo, gerente técnico de Ingesertec (compañía que presta servicios a centrales de generación hidráulica y térmica), el problema puede hallarse en los altos costos que se establecen dentro de la Comisión Reguladora de Energía y Gas (Creg) para cada etapa: generación, transmisión, distribución y comercialización.