El crecimiento de la actividad en Perú se desaceleró por segundo trimestre consecutivo debido a la caída del gasto público, mientras que la inversión privada extendió su mayor contracción en más de una década.
El Producto Interno Bruto se expandió 3,7% en el segundo trimestre respecto del mismo período del año anterior, informó ayer la oficina de estadísticas del país, el INEI. La cifra estuvo en línea con la estimación de los analistas encuestados por Bloomberg y se compara con un crecimiento revisado de 4,5% en los primeros tres meses del año.
El ritmo de la actividad se desaceleró ya que el aumento de la producción de las minas de cobre que comenzaron a operar durante los años de los altos precios del metal no fue capaz de impulsar la inversión en otras áreas de la economía.
Uno de los sectores que está enfrentando más dificultades es el del retail, que entre abril y junio se expandió a su tasa más baja desde 2009, a medida que la debilidad del mercado laboral está minando la demanda interna.
Pese a eso, la confianza de las empresas y del consumidor ha subido en las últimas semanas por las expectativas de que el nuevo gobierno de Pedro Pablo Kuczynski haga frente a los excesos de regulaciones y reduzca los cuellos de botella que afectan la infraestructura.
“El alza en la confianza de las empresas sugiere que veremos un repunte de la inversión a partir del cuarto trimestre, lo que impulsará el empleo y la demanda de los consumidores”, pronosticó Pablo Nano, economista de Scotiabank Perú, en declaraciones recogidas por Bloomberg.
La inversión pública aumentó 2,2% frente al año anterior, tras un alza de 30% en el primer trimestre, mientras que la inversión privada bajó 5,5%, su décima contracción consecutiva, reportó el INEI.
La industria minera se expandió a un sólido ritmo de 29%, mientras que el cobre se disparó 35%, en contraste con la construcción, que mostró un avance de tan sólo 1%.
Economistas encuestados por Bloomberg esperan que la economía peruana crezca 4% el próximo año, más del doble que el resto de la región.
“Algunas compañías suspendieron sus proyectos después de la elección. Existen cerca de US$ 18 mil millones en proyectos de infraestructura demorados que el nuevo gobierno pondrá en movimiento”, dijo Nano.