El gobierno argentino puso un freno a las importaciones desde
Brasil, al suspender dos disposiciones que facilitaban el ingreso de juguetes desde
el vecino país, justo en medio de la temporada de compras debido a las fiestas
de fin de año.
La Secretaría
de Comercio Interior, a cargo de Guillermo Moreno, dejó sin efecto las normas 300
y 506 del 2000, las cuales promovían la certificación de requisitos de
seguridad de los juguetes de origen brasileño, lo que se extenderá hasta 2010.
A partir de 2007 el gobierno brasileño dejó de aceptar los certificados de
seguridad realizados en Argentina y otros países, y comenzó a realizar los
estudios en su país, trayendo importantes demoras en las aduanas y así mayores
costos a los empresarios trasandinos.
Por esto, el gobierno explicó que la decisión se basó en que
"se ha perdido el equilibrio de los intereses de las partes, quebrándose
así el principio de reciprocidad que debe regir en este tipo de acuerdos",
por lo que decidió aplicar la misma medida.
Por ello, y alegando asimetrías en el comercio bilateral, las
autoridades argentinas dispusieron que la suspensión regirá "hasta tanto
se restablezca ese equilibrio".