Ban y Lamy esperan reactivar este año negociación en Doha
El secretario general de la ONU dijo sentirse "decepcionado" de no haber conseguido frutos, tras los "tremendos esfuerzos" realizados.
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El secretario general de la ONU,
Ban Ki-moon, y el director general de la Organización Mundial del
Comercio (OMC), Pascal Lamy, esperan que las negociaciones de la
Ronda de Doha que fracasaron esta semana se reactiven antes del fin
de 2008.
"Los dos líderes subrayaron la necesidad de que la ruptura de las
negociaciones no dure mucho. Esperan que las negociaciones de Doha
se reactiven antes de que termine el año", señaló hoy la oficina del
portavoz de la ONU en una declaración atribuida a Ban.
Ban y Lamy conversaron hoy por teléfono después de que la nueva
ronda de negociaciones para la liberalización del comercio mundial,
que comenzaron en 2001, se viera abocada ayer al fracaso tras las
discrepancias expresadas por los grandes líderes del comercio
después de diez días de intensas negociaciones en Ginebra.
Según la declaración, Ban "se sintió decepcionado al saber que
los tremendos esfuerzos hechos para concluir los siete años de
negociaciones de la Ronda de Doha no han dado los frutos esperados".
"El éxito era particularmente importante en estos momentos en que
el mundo tiene grandes desafíos que incluyen enfrentarse a las
crisis alimentaria, energética y financiera, así como de escasos
progresos en la consecución de los Objetivos del Desarrollo del
Milenio y la lucha contra la pobreza", señaló el secretario general
de la ONU.
Asimismo subraya que ese éxito era importante en un momento en el
que "crecen los sentimientos proteccionistas entre preocupaciones
sobre una recesión global".
"El secretario general está convencido de que una exitosa
conclusión de esas conversaciones era necesaria para imbuir energía
a la cooperación internacional de cara a mejorar las condiciones de
los países en desarrollo que se pueda derivar de las ganancias del
comercio y de las inversiones" globales, agrega la declaración.
Para Ban, ello también habría contribuido a mejorar el bienestar
de muchas personas, en especial de los más pobres y vulnerables,
"además de proporcionar un importante estímulo a la economía global
al eliminar las distorsiones de los mercados y reforzar el comercio,
en base a una agenda de desarrollo".
Después de diez de negociaciones, las discrepancias entre los
países desarrollados, como Estados Unidos, la Unión Europea (UE) y
Japón, y los que están en desarrollo, principalmente India, China y
Brasil, impidieron avanzar en la liberalización del comercio
mundial, que persigue la Ronda de Doha desde su lanzamiento hace
siete años en esa capital qatarí.
Los escollos de esa negociación, al igual que ha ocurrido en
intentos previos de concluir el ciclo de Doha, han sido la falta de
acuerdo sobre la eliminación de las subvenciones agrícolas por parte
de los países ricos y la reducción de aranceles industriales por las
economías emergentes.
El secretario general de la ONU urgió, además, a los países a que
en el actual momento de crisis alimentaria "reconsideren sus
políticas de restricciones a las importaciones y exportaciones
agrícolas".
También les pidió que adopten "medidas concretas" para que las
adquisiciones de alimentos destinadas a la asistencia humanitaria
queden libres de esas restricciones.
"Especiales esfuerzos deben de hacerse para mejorar los
incentivos a la producción en favor de los pequeños agricultores de
los países en desarrollo" tal como ya ha pedido la ONU, insistió
Ban.