La banca alemana recibió con irritación la decisión del primer ministro griego, Yorgos Papandréu, de someter a referéndum el nuevo plan de rescate a Grecia aprobado en la cumbre de la semana pasada.
La Asociación de Bancos Alemanes (BdB) teme retrasos en la planificación acordada en la cumbre europea y admite incluso que los planes "podrían suspenderse" en el peor de los casos.
La decisión de Papandréu provocó ayer un auténtico terremoto en las bolsas europeas y en Wall Street.
Reacciones
La de la banca alemana, muy expuesta a la deuda soberana griega, es la última de las numerosas críticas que ha recibido el primer ministro heleno por el referéndum.
La decisión 'pilló' por sorpresa ayer a los mercados y a los socios europeos de Grecia. El presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, mostró su malestar y sugirió que si Grecia rechaza el plan de rescate, podría verse abocada a la quiebra.
Es más, el luxemburgués mostró su disgusto por una decisión que "el primer ministro griego ha tomado sin consultar con sus colegas europeos".
Este desconocimiento ha sido negado por Papandréu en un comunicado en el asegura que "los socios internacionales de Grecia estaban al tanto de mis intenciones del referéndum".
Ayer por la noche, el primer ministro griego se mostró convencido de que sus socios europeos "respetarán y apoyarán las resoluciones del país" y auguró que el referéndum dejará claro que "Grecia permanecerá en el euro".
Merkel y Sarkozy
La tensión por el referéndum llegó a tal punto ayer que Angela Merkel y Nicolas Sarkozy mantuvieron una conversación telefónica tras la que afirmaron que el acuerdo alcanzado la semana pasada es ahora más necesario que nunca.
El mandatario francés admitió que el anuncio "ha sorprendido a toda Europa", pero recordó que el 'euroacuerdo' es "la única vía posible para resolver el problema de la deuda" griega.
Hoy comienza la cumbre del G20 que se celebra en la localidad francesa de Cannes. En ella, Papandréu se encontrará el propio Sarkozy, Merkel, Juncker, el presidente del Consejo Europeo, Herman van Rompuy; el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, el presidente del BCE, Mario Draghi, y la directora gerente del FMI, Christine Largarde.