Los precios de los alimentos registraron su primera caída en dos años en Brasil, ayudando a los esfuerzos de la presidenta Dilma Rousseff a controlar la inflación.
El Índice de Precios al Consumidor, medido por el indicador de referencia IPCA, subió 0,03% en julio, en línea con lo esperado por los analistas consultados por Bloomberg. Los costos más bajos de los alimentos, además de caídas en el transporte y la ropa, hicieron descender la inflación a doce meses a 6,27%, luego de superar el 6,5% que el banco central tiene como techo en su rango meta de inflación.
El ministro de Hacienda, Guido Mantega, celebró ayer la lectura, diciendo que muestra que la inflación se mantiene bajo control en el segundo mayor mercado emergente del mundo.
Mantega aseguró además que el crecimiento se habría acelerado en el segundo trimestre, respecto de los tres meses previos.
Según el funcionario, la moderación del precio de los alimentos ha mejorado el poder de compra de los consumidores, lo que ayudaría a impulsar las ventas minoristas en el tercer trimestre.
Sin embargo, los expertos se mantienen cautos. “Esto es probablemente un alivio transitorio”, dijo a Bloomberg la socia de Gibraltar Consulting, Zeina Latif.