En caso de no haber un acuerdo internacional para mitigar los
efectos del cambio climático, el costo para América Latina y el Caribe podría
equivaler hasta el 137% del PIB regional actual para 2100, señala el informe de
la Cepal "La
economía del cambio climático en América Latina y el Caribe. Síntesis 2009".
El estudio, que identifica los impactos económicos del
cambio climático en la región, fue presentado hoy en un evento paralelo a la XV Conferencia de
las Partes en la
Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio
Climático (conocida como COP 15), que se realiza en Copenhague.
El informe proyecta
que, sin acciones internacionales de mitigación, la región podría sufrir para
fines del siglo pérdidas importantes en el sector agrícola y en la
biodiversidad, fuertes presiones sobre la infraestructura y aumento en la
intensidad de eventos extremos, que se acumularían hasta representar cifras
importantes del PIB actual.
Esto haría que hacia 2100 el costo de los desastres climáticos pase de un
promedio anual para el período 2000-2008 de casi US$8.600 millones a un máximo
posible de US$250.000 millones.
Las estimaciones se basan en cálculos de 15 países:
Argentina, Belice, Bolivia, Chile, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guatemala,
Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, República Dominicana y
Uruguay.
Consecuencias
El informe recalca que los costos económicos son muy
heterogéneos entre países y regiones y tendrán un comportamiento poco predecible
(no lineal) a lo largo del actual siglo.
Por ejemplo, algunas naciones tendrían beneficios temporales
en sus sectores agrícolas como consecuencia de aumentos de temperatura menores
a 2ºC y
los cambios en las precipitaciones, aunque en el largo plazo predominarían los
efectos negativos. Con un incremento de la temperatura planetaria superior a 3ºC, algunos países o regiones
podrían perder hasta 30% ó 40% de su biodiversidad.
Argentina, Chile y Uruguay tendrían efectos positivos en su
productividad agrícola si la temperatura aumentara entre 1,5ºC y 2ºC en el período 2030-2050.
Sin embargo, si se traspasa este umbral de temperatura los efectos serán
negativos.
Para 2100 se calcula que en Bolivia, Chile, Ecuador,
Paraguay y Perú las tierras degradadas oscilarían entre el 22% y 62% del
territorio. También disminuirá la disponibilidad de agua, sobre todo en América
del Sur.
El alza del nivel del mar provocaría desplazamiento de
poblaciones y se perderían tierras por inundaciones permanentes. Los pequeños
Estados insulares del Caribe se verán muy afectados. Podrían desaparecer los
manglares en las costas bajas (en Brasil, Colombia, Ecuador, Guayana Francesa y
Guyana) y estarían seriamente amenazadas zonas costeras del Río de la Plata (Argentina y Uruguay).
Un aumento global de la temperatura de 3ºC provocaría también una
caída en las precipitaciones sobre la Amazonía, causando un sustancial deterioro de las
selvas que poseen la biodiversidad más grande del planeta.