La escalada del conflicto en Medio Oriente enciende nuevas alarmas en el mundo económico, por lo que el alza en el precio del petróleo podría significar para las perspectivas y la inflación a nivel mundial.
Una disrupción que llega en una semana clave, en la cual los bancos centrales de Estados Unidos, Inglaterra, Japón, Brasil y Chile se preparan para sostener sus reuniones de política monetaria y entregar su decisión, que en su mayoría consideraban pausas en sus ciclos -de alzas o de bajas- para la tasa de interés.
Además, la amenaza se suma a un contexto que ya era incierto con la guerra comercial y los aranceles aplicados por el Gobierno estadounidense, encabezado por Donald Trump.
Desde Oxford Economics señalaron que si bien no ven que los bancos centrales respondan rápidamente subiendo las tasas de interés, advierten que un repunte significativo de la inflación podría persuadirlos de posponer recortes hasta inicios de 2026, por lo menos, para minimizar el riesgo de que surjan efectos inflacionarios secundarios.
En su escenario más extremo -que considera el cierre del Estrecho de Ormuz por parte de Irán, lo que pondría en riesgo al 25% del suministro mundial de petróleo-, el valor del brent se dispararía a US$ 130 por barril.
“Aunque el shock de los precios frena inevitablemente el gasto de los consumidores debido al impacto en los ingresos reales, la magnitud del aumento de la inflación y la preocupación por la posibilidad de efectos inflacionistas secundarios echan por tierra cualquier posibilidad de recortes de tipos en Estados Unidos o en otros países este año”, dijo el director de Investigación Macroeconómica Global de Oxford Economics, Ben May.
¿Freno para la Fed?
Mientras que el mercado prevé que la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) dejará nuevamente sin movimientos su tasa este miércoles, desde ING indican que un alza del petróleo podría reducir las probabilidades de que realice un recorte durante el tercer trimestre de 2025.
“Prevemos el primer recorte de la Fed en el cuarto trimestre, comenzando potencialmente con un recorte de 50 puntos básicos en diciembre. Una serie rápida de recortes podría llevar las tasas al 3,25 % para mediados de 2026”, señalaron en un reporte.
En tanto, desde Apollo explicaron que el modelo de la Fed supone que un aumento sostenido de US$ 10 en el precio del petróleo incrementaría la inflación en 0,4% y reduciría el Producto Interno Bruto (PIB) en 0,4%. Cifras que se sumarían al alza de inflación y baja del crecimiento por los aranceles y la restricción de la inmigración que ha llevado a cabo Trump, lo que afecta la disponibilidad de mano de obra en la principal economía del mundo.
La perspectiva de estanflación representa un problema para el Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC, por su sigla en inglés), ya que mayores precios indicarían que la Fed tenga que aumentar las tasas, al mismo tiempo que un menor crecimiento llevaría a recortarlas.
“Entonces, ¿el FOMC priorizará más la presión alcista sobre la inflación o la próxima desaceleración del crecimiento?”, expuso el economista jefe de Apollo, Torsten Sløk.
Economistas del GPM sugieren mantener tasa en el país ante tensión Irán-Israel
Previsiones apuntan a dejar el tipo rector en 5%, mientras que se advierte que escalada en el precio del crudo podría impactar los precios locales.
El conflicto entre Irán e Israel no pasó inadvertido tampoco para el Grupo de Política Monetaria (GPM), quienes en su recomendación de este lunes al Consejo del Banco Central de mantener su tipo rector en 5% en la reunión de este martes 17 de junio, también lo incluyeron como “una nueva fuente de incertidumbre al panorama macroeconómico global”.
Al respecto, el miembro del grupo y economista, Carlos Budnevich, indicó que prevé que el conflicto se mantenga en el tiempo y eventualmente profundizarse, lo que complicaría tanto el escenario internacional como para la economía chilena.
Bajo este contexto, explicó, el precio del petróleo continuaría en niveles altos e incluso, subir aún más. Un shock que sería contractivo en términos de actividad económica y que presiona los costos, por lo que se debería recalibrar la trayectoria de la tasa.
“Eso va a llevar a que el Banco Central probablemente reevalúe la dinámica de reducción de la tasa de política monetaria”, señaló.
Por su parte, el director de Moody’s Analytics para América Latina, Alfredo Coutiño, advirtió que al ser Chile un importador de petróleo y derivados, su alza de precio tendría un efecto adverso sobre los precios internos en el país. Aunque su efecto dependerá de la duración del alza internacional, por lo que aún es temprano para que los precios internos muestren el impacto y que se refleje en las decisiones monetarias de esta semana.
“Lo prudente para los bancos centrales sería no sobrerreaccionar, pero tampoco ser imprudentes y persistir en el relajamiento monetario”, afirmó.
No obstante, indicó que en el caso del Banco Central debería continuar con su pausa monetaria este martes y estar “muy alerta” a si se extiende el conflicto y el petróleo continúa incrementando, ya que su impacto en la inflación chilena podría ser significativo y arruinar los esfuerzos de estabilización de precios.
“En este caso, el Central chileno debería actuar de manera preventiva y revertir el relajamiento monetario en su decisión de finales de julio”, señaló.