El secretario del Tesoro, Scott Bessent, propuso una pausa más prolongada en los altos aranceles que EEUU aplica a los productos chinos, a cambio de que Beijing postergue su plan recientemente anunciado para endurecer las restricciones a la exportación de tierras raras críticas.
Desde comienzos de este año, EEUU y China han acordado treguas de 90 días sobre gravámenes de hasta 145%, con el próximo vencimiento previsto para noviembre. Ahora, el foco de la administración Trump está en frenar el plan chino de imponer nuevos y estrictos controles a la exportación de elementos de tierras raras, ofreciendo incentivos para que el gobierno lo retire y, al mismo tiempo, amenazando con sanciones severas si no lo hace.
“¿Es posible que extendamos la tregua a cambio? Tal vez. Pero todo eso se negociará en las próximas semanas”, dijo Bessent este miércoles durante una conferencia de prensa en Washington.
Las bolsas ampliaron sus alzas tras los comentarios de Bessent, con el S&P 500 subiendo 1%. En cambio, los títulos de las empresas estadounidenses vinculadas a tierras raras —incluidas Critical Metals, USA Rare Earth y MP Materials— retrocedieron, ya que se beneficiarían de una menor oferta desde China.
Respuesta coordinada
El representante comercial de EEUU, Jamieson Greer, puso en duda que Beijing avance con el plan, al señalar que este “estrangularía el comercio de una amplia gama de productos de consumo que contienen incluso trazas de tierras raras”. “El alcance y la escala son simplemente inimaginables, y no se puede implementar”, afirmó Greer.
Mientras tanto, Bessent anticipó una respuesta coordinada de EEUU y varios aliados ante la medida china. “Vamos a tener una respuesta conjunta y contundente, porque los burócratas en China no pueden gestionar la cadena de suministro ni el proceso de manufactura para el resto del mundo”, dijo más temprano el miércoles en un foro organizado por CNBC en Washington.
Apuntó además que “todos mis homólogos están en Washington” para la reunión anual del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial esta semana, y añadió: “Vamos a conversar con nuestros aliados europeos, con Australia, con Canadá, con India y con las democracias asiáticas”.
El recrudecimiento del tira y afloja entre Washington y Beijing ha reavivado los temores de los inversionistas de que las dos mayores economías del mundo puedan quedar pronto enfrascadas en una guerra comercial en toda regla.
Las nuevas normas de China, anunciadas la semana pasada, exigen que las empresas extranjeras obtengan aprobación del gobierno chino antes de exportar productos que contengan incluso trazas de determinadas tierras raras originarias del país.