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REGÍSTRATE AQUÍPor: María Gabriela Arteaga
Publicado: Lunes 5 de agosto de 2019 a las 08:18 hrs.
Mañana movida, de nuevo, para las relaciones comerciales y políticas entre Estados Unidos y China.
Tras la decisión de Beijing de devaluar su moneda a un mínimo de 11 años, el presidente Donald Trump lanzó sus dardos, como hace usualmente, a través de Twitter para criticar a Beijing, pero también para colocar mayor presión sobre la Reserva Federal (Fed) de EEUU.
"China dejó caer el precio de su moneda a casi un mínimo histórico. Se llama 'manipulación de divisas'. ¿Lo están escuchando Reserva Federal? Esta es la mayor violación que debilitará muchísimo a China en el tiempo!", escribió en la red social.
Horas más tarde, el titular de la Casa Blanca volvió a la carga y aseguró que las maniobras de Beijing demuestran que "los estadounidenses no están pagando por los aranceles; están siendo pagados por los cumplidos de China y EEUU está recibiendo miles de millones de dólares". Aseguró que "China siempre ha utilizado la manipulación de las divisas para robar nuestros negocios y fábricas, dañar nuestros empleos, deprimir los salarios de nuestros trabajadores y afectar los precios de nuestros productores. ¡No más!". Y agregó: "Esto debió ser detenido hace muchos años".
Sus comentarios elevan las tensiones con la segunda economía global, con la que mantiene negociaciones para poner fin a la disputa, pero a la que amenazó con la aplicación de un 10% adicional de aranceles para completar los US$ 300 mil millones en productos exportados por el gigante asiático.
Esos aranceles entrarían en vigencia el 1 de septiembre, el mismo día en que se retoman las conversaciones entre los delegados de ambas administraciones ahora en Washington.
La última ronda -de la semana pasada en Shangái- terminó con sabor a poco: positiva, con avances aunque pocos, y al final con el anuncio de Trump de más gravámenes.
Ahora bien, el jefe de Estado no ha quedado hoy exento de las críticas y las presiones. Dos tiroteos masivos que dejaron 30 muertos en Texas y Ohio resonaron en la arena política de EEUU, con algunos demócratas acusando a Trump de avivar las divisiones raciales. Mientras, él insistió en que "el odio no tiene cabida" en su país.
Responsabilizó a los medios y a las noticias falsas por los ataques, y desmintió que su discurso antiinmigrantes o la libre ventas de armas contribuyeran a los hechos violentos.
"Los medios tienen gran responsabilidad en la vida y seguridad de nuestro país. Las noticias falsas han contribuido en mucho a la rabia y molestia que se ha acumulado durante años. La cobertura de noticias tiene que empezar a ser justa, balanceada y sin sesfos, o estos terribles problemas sólo se van a poner peores", tuiteó.
Aún así, pidió a los congresistas que aprueben una ley que exija estrictas revisiones de antecedentes para las compras de armas de fuego. "Republicanos y demócratas deben unirse y lograr estrictas revisiones de antecedentes, uniendo quizás esta legislación con una reforma migratoria desesperadamente necesitada".
"No dejaremos que quienes fallecieron en El Paso, Texas; y el Dayton, Ohio, hayan muerto en vano. Al igual que aquellos que resultaron gravemente heridos", declaró en la red social.
El ministro del Trabajo, Giorgio Boccardo, dijo que también se están modernizando varios procesos de procesamiento de las denuncias en la Dirección del Trabajo.