El Gobierno
de Estados Unidos anunció hoy que prepara un protocolo para decidir "hasta
dónde" deben llegar los esfuerzos de limpieza del vertido provocado por BP
en el Golfo de México, cuando se cumplen cuatro meses de la explosión que
produjo el desastre.
El almirante
retirado Thad Allen, encargado de la respuesta federal al vertido, afirmó en
una conferencia de prensa en Washington que el Gobierno se encuentra en
"negociaciones" con los estados de Luisiana, Misisipi, Alabama y
Florida para trasladar la reacción al incidente "del nivel nacional al
regional".
"Vamos
a crear una lista de todos los requisitos que creemos necesarios para definir,
sin eufemismos, qué consideramos 'limpio' cuando hablamos de nuestras
playas", dijo Allen.
El
protocolo permitirá detener las tareas de limpieza una vez que se alcancen los
requisitos especificados, para entrar en una "fase de alerta" en la
que los equipos sólo reaccionarían si llega más petróleo a las costas o las
marismas del Golfo.