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La primera y sangrienta operación militar de la era Trump

Un soldado estadounidense muerto, una aeronave destruida y un gran número de víctimas civiles fue el saldo de la acción estadounidense en Yemen.

Por: Economist Intelligence Unit | Publicado: Viernes 10 de febrero de 2017 a las 04:00 hrs.
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Cuando apenas llevaba unos días en el cargo, el 29 de enero, el nuevo presidente de EEUU, Donald Trump, ordenó su primer ataque militar en Yemen. La operación incluyó una ofensiva terrestre, algo no frecuente en la administración Obama, que se enfocaba principalmente en ataques con drones. Luego de que Trump incluyera a Yemen en su veto migratorio, parece probable que EEUU juegue ahora un papel más activo en atacar a terroristas en ese país.

En los últimos años, el interés de EEUU en Yemen se ha concentrado principalmente en el contraterrorismo, tratando de limitar la capacidad de al‑Qaeda de la Península Arábica (AQAP, por su sigla en inglés) para lanzar ataques contra blancos estadounidenses.

El país tiene poca importancia directa para EEUU, pero ocupa una posición estratégica en el estrecho de Bab al‑Mandab y es importante para los aliados de EEUU en el Golfo, particularmente Arabia Saudita. Durante la actual guerra civil, EEUU ha apoyado a la coalición pro gobierno en su lucha contra los rebeldes houthis aportando armas e inteligencia.

Sin embargo, la administración Obama estaba mostrando creciente preocupación por los civiles muertos y la falta de avances hacia un acuerdo de paz.

Combatiendo a al-Qaeda

Yemen ha estado en el radar anti terrorista de EEUU desde 2000, cuando un bote de al‑Qaeda cargado de explosivos se acercó al destructor estadounidense Cole en el puerto de Aden y mató a 17 marinos. Más recientemente, Anwar al‑Awlaki, un imán nacido en EEUU de ascendencia yemení, surgió como una figura clave en el reclutamiento de jihadistas en EEUU y Reino Unido.

Entre otras acciones terroristas, habría participado en la radicalización de Nidal Hasan, un psiquiatra del ejército de EEUU que mató a trece personas en un tiroteo en el Fuerte Hood, Texas, en 2009 y Umar Farouk Abdulmutallab, un nigeriano que estudiaba árabe en Yemen y que intentó sin éxito estallar una bomba en un vuelo a Detroit en 2009.

Tras estos incidentes, Obama autorizó el asesinato de Awlaki, en septiembre de 2011, por medio de un ataque con dron en la provincia yemení de Al Jawf. Los ataques con drones se convirtieron entonces en la estrategia dominante durante su mandato. EEUU ha realizado más de 100 operaciones de este tipo en Yemen desde 2010, matando a docenas de líderes de AQAP y cientos de sus militantes, al igual que un significativo número de civiles. A pesar de la controversia, el bajo costo en vidas estadounidenses significa que probablemente continuarán con Trump.

De hecho, el nuevo presidente parece menos preocupado por el uso de tácticas controvertidas, y ha defendido el uso del “waterboarding”, una forma de tortura que produce en la víctima la sensación de estar ahogándose.

Apoyo a la coalición

EEUU es el principal proveedor de armas para Arabia Saudita, aportándole más de US$ 1.000 millones en bombas y equipamiento militar. La administración Obama mantuvo mayormente silencio en las críticas a la guerra. Pero, tras una serie de matanzas de civiles, incluyendo un bombardeo con misiles estadounidenses en un salón de funerales en Sanaa, la capital, en octubre, donde murieron más de 140 civiles, se inició un proceso de revisión al apoyo a la coalición liderada por Arabia Saudita. Bajo creciente presión, Obama bloqueó una venta de armas por US$ 350 millones al país en diciembre. Sin embargo, aunque Trump ha amenazado con obligar a los aliados de EEUU a pagar más por el apoyo de la mayor potencia militar y del mundo, no parece muy preocupado por temas de derechos humanos. Si Arabia Saudita está dispuesta a pagar, parece dispuesto a proporcionarle las armas y el equipamiento que desee.

Primer despliegue

El 29 de enero, el primer operativo bajo su presidencia ocurrió cuando el equipo seis de los Navy Seals atacó una base de AQAP en la provincia de Al Bayda; este tipo de operaciones de EEUU son extremadamente poco comunes en Yemen.

Los militares estadounidenses dijeron que en el operativo murió Abdulraouf al‑Zahab, un alto líder de la agrupación, y otros trece jihadistas, y que se recopiló valiosa información de inteligencia. Sin embargo, la operación resultó polémica por dos razones. Primero, enfrentó problemas operativos, lo que terminó en la muerte de un soldado estadounidense y la destrucción de una aeronave militar. Además, hubo un gran número de víctimas civiles, incluyendo la hija de Awlaki de ocho años.

Mientras tanto, Yemen es uno de los siete países musulmanes cuyos ciudadanos tienen prohibido el ingreso a EEUU tras una orden ejecutiva emitida por Trump el 27 de enero. Aunque AQAP ha contribuido a radicalizar jihadistas que han lanzado ataques en EEUU, ningún ciudadano yemení ha estado involucrado directamente. Ha habido reportes de viajeros con visa de Yemen que han tenido dificultades para ingresar al país y existe una antigua comunidad de estadounidenses originarios de Yemen de cerca de 50 mil personas en lugares como Nueva York y Dearborn, Michigan, que podrían verse afectadas.

Sin embargo, el impacto en los refugiados probablemente no será significativo, con pocos ciudadanos de ese país pidiendo asilo en EEUU. Todavía resulta difícil evaluar los objetivos de política exterior de Trump, particularmente en relación con Yemen, que no fue un tema central durante su campaña. Ha insistido en que tomará duras medidas para eliminar la amenaza terrorista. Esto, junto con el veto migratorio y la magnitud del último operativo es una señal del papel más asertivo que Trump seguramente tomará al lidiar con AQAP e ISIS en Yemen.

Las Fuerzas Especiales de EEUU ya están desplegadas en Yemen, desde abril, en coordinación con las fuerzas de Emiratos Árabes Unidos, en principio para proporcionar entrenamiento y asesoría en la exitosa operación para sacar a AQAP del puerto de Mukalla. Aunque probablemente no participarán activamente en la Guerra civil, anticipamos nuevas operaciones de las Fuerzas Especiales contra bases de AQAP bajo el gobierno de Trump.

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