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Guerra comercial: EEUU anuncia plan de US$ 12 mil millones para apoyar a agricultores

La noticia llega en la víspera de la cita de Donald Trump con el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker.

Por: S. Donnan y D. Sevastopulo, Financial Times | Publicado: Miércoles 25 de julio de 2018 a las 04:00 hrs.
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Washington

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La administración Trump anunció ayer miles de millones de dólares en nueva ayuda para aplacar a los agricultores y compensar el impacto de su guerra comercial, a pesar de que el presidente de Estados Unidos elogió su creciente lista de aranceles como “la mejor”.

El nuevo plan de ayuda está dirigido a los agricultores de soya, cerdo y otros productos que han sido golpeados por las represalias arancelarias impuestas por los socios comerciales de EEUU, como China.

Hasta US$ 12 mil millones en ayuda serán ofrecidos a agricultores a través de la Corporación de Crédito de Materias Primas, de la era del “New Deal”, que tiene la autoridad para prestar dinero a los agricultores como para comprar sus cultivos durante emergencias económicas.

Más temprano, Trump había recurrido a Twitter para declarar que: “¡Los aranceles son lo mejor! Un país que ha tratado injustamente a Estados Unidos en el comercio o negocia un acuerdo justo, o es golpeado por aranceles”. “Es tan simple como eso ¡y todos están hablando! Recuerden, somos la ‘alcancía del chanchito’ que está siendo asaltada. ¡Todo será grandioso!”, escribió.

Crecientes críticas

El llamado de Trump llega mientras enfrenta crecientes críticas provenientes de la comunidad empresarial de su país, los agricultores y los republicanos pro libre comercio en el Congreso por las consecuencias económicas de sus aranceles. También llega en la víspera de la visita a Washington del presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, para sostener conversaciones que buscan apaciguar las crecientes tensiones comerciales trasatlánticas.

En una señal de preocupación de la administración por las críticas domésticas, esta semana el mandatario salió a recorrer Missouri e Illinois para intentar vender su plan arancelario y una estrategia más amplia destinada a deshacer décadas de desequilibrios comerciales que, él argumenta, han golpeado el corazón de la manufactura estadounidense.

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Cualquier moderación en el apoyo a Trump en los estados agrícolas conservadores, que fueron cruciales para su victoria en 2016, podría desatar problemas para los republicanos en el Congreso en las elecciones de mitad de período en noviembre.

En el corazón del discurso de Trump está la noción de que sus aranceles son parte de una estrategia de negociación mayor. EEUU ya ha impuesto nuevos gravámenes a las importaciones de acero y aluminio alrededor del mundo y a cerca de US$ 34 mil millones en bienes de China. El titular de la Casa Blanca ha amenazado con expandir éstos a

US$ 350 mil millones en importaciones de autos y partes, además de hasta US$ 500 mil millones en comercio con el gigante asiático.

Cita en Washington

Una de las mayores pruebas a esa estrategia de negociación llegará hoy cuando Jean-Claude Juncker visite Washington para sostener conversaciones que estarán dominadas por los esfuerzos de la Unión Europea para convencer a Trump de no seguir adelante con sus aranceles a los autos.

Antes del viaje, Cecilia Malmstrom, comisionada de comercio de la UE, dijo que ella y Juncker “tratarían de atenuar la situación”, y enfatizar las áreas donde la UE y EEUU podrían trabajar juntos, como en abordar el exceso de capacidad global de acero impulsado por China.

Se espera que Juncker pase una hora con el presidente estadounidense en una reunión que incluirá una discusión privada de quince minutos sin sus asesores, tal como hizo Trump con Kim Jong-un y Vladimir Putin.

A pesar de que los europeos quieren evitar desesperadamente la posibilidad de aranceles a los autos, no anticipan que la reunión conduzca a algún anuncio. Más bien la ven como una oportunidad de presentar sus argumentos directamente a Trump, en especial porque el mandatario parece depender menos de sus asesores que sus predecesores en el Salón Oval.

Uno de los desafíos que los funcionarios europeos han encontrado es que el grupo de funcionarios estadounidenses responsables de lidiar con el problema de los desequilibrios comerciales –incluyendo al representante comercial, Robert Lightizer, el secretario de Comercio, Wilbur Ross, el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin y Larry Kudlow, el principal asesor económico de la Casa Blanca- presentan distintos puntos de vista con sus contrapartes en Europa.

La idea con la que el lado estadounidense ha sido consistente ha sido la sugerencia que hizo Trump en el G7 en Canadá sobre eliminar aranceles y barreras comerciales en todo el espectro. Pero los europeos dudan de que Trump pueda obtener la aprobación del Congreso para esa medida, aun cuando la UE podría ser persuadida para seguir ese curso.

En el lado europeo, también hay diferencias de opinión sobre cómo abordar el comercio con EEUU. Francia, en particular, argumenta que la UE debería enfatizarle a Washington que no está dispuesta a hacer acuerdos frente a amenazas. Sin embargo, Alemania está impulsando un enfoque menos severo, en parte porque sus automotrices tienen mucho que perder si Trump impone aranceles a importaciones al sector.

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