Obama arriesga su legado en un pacto que podría ser un paso histórico o un error catastrófico
En un discurso desde el Casa Blanca, Obama dijo que diplomacia había "logrado algo que no habían conseguido décadas de confrontación".
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El acuerdo nuclear iraní que Barack Obama alcanzó ayer pasará a la historia, ya sea como el logro más importante de la política exterior estadounidense de su presidencia o el momento en que dio la razón a sus críticos conservadores.
En un discurso desde el Casa Blanca, Obama dijo que diplomacia había "logrado algo que no habían conseguido décadas de confrontación", una forma de evitar que Irán obtenga un arma nuclear. Para los escépticos citó a John F. Kennedy: "Nunca debemos negociar por miedo, pero no debemos tener miedo a negociar".
Para Obama, el acuerdo representa su momento "Nixon va a China". Se trata de una apuesta valiente que tiene el potencial, con el tiempo, de poner fin a 35 años de odio virulento entre las naciones luego que estudiantes iraníes tomaran decenas de rehenes estadounidenses en la embajada en Teherán.
En una reciente entrevista, Obama reconoció que su legado estaría determinado por si el acuerdo es logrado. "De aquí a 20 años, si Dios quiere, todavía estaré por aquí", dijo a la revista The Atlantic el mes pasado. "Si Irán tiene un arma nuclear, está mi nombre en esto".
Por ahora, el acuerdo cierra un exitoso período en el que Obama aseguró la autoridad para negociar un histórico acuerdo comercial con Asia Pacífico, restableció relaciones diplomáticas con Cuba después de décadas de hostilidad, y la Corte Suprema rechazó un desafío potencialmente fatal a su reforma Obamacare y aprobó el matrimonio homosexual.
Sin embargo, para sus críticos, que van desde los miembros más escépticos de su propio partido a los aspirantes republicanos a la presidencia, él se ha rendido ante un régimen que grita de forma rutinaria "muerte a Estados Unidos".
Aunque Obama se acogió al mantra de la era soviética de Reagan de "confía pero verifica" con el argumento de que los inspectores tendrán acceso a cualquier sitio sospechoso, se encontró inmediatamente con el desprecio de sus enemigos políticos.
"La gente de Irán, la región, Israel, Estados Unidos y el mundo merecen algo mejor que un acuerdo que consolida el control sobre el poder de los clérigos revolucionarios violentos que gobiernan Teherán con mano de hierro", dijo Jeb Bush, el ex gobernador de Florida que se encuentra en la carrera por la nominación presidencial republicana.
Marco Rubio, el senador cubano-estadounidense que también es candidato a la Casa Blanca, dijo que Obama había hecho "concesión tras concesión a un régimen que tiene sangre estadounidense en sus manos".
Agregó que una "significativa mayoría en el Congreso" trataría de bloquear el acuerdo. "La incapacidad del presidente para obtener el apoyo del Congreso dirá a los iraníes que éste es el acuerdo de Obama, no un pacto con el apoyo de EEUU".
Obama ha hecho del acuerdo nuclear con Irán una prioridad desde que se convirtió en candidato presidencial, provocando la burla de los opositores. Junto con sus propuestas sobre Cuba, sus partidarios ven en el acuerdo iraní una reivindicación de su creencia de que la diplomacia puede ser un sustituto de la acción militar, incluso con los enemigos más implacables.