El Parlamento de Grecia tiene previsto
aprobar esta tarde (22.00 GMT) los presupuestos del Estado para
2010 con los que el ejecutivo socialista pretende reducir su déficit
a 9,1% del Producto Interior Bruto (PIB), tras registrar
un déficit de 12,7% este año.
La votación marcará la culminación de un debate de cinco jornadas
sobre la necesidad de reducir los gastos públicos un 10% el próximo año, bajar los salarios y nuevos contratos de
funcionarios públicos para lograr el saneamiento de la economía que
atraviesa sus peores momentos de las últimas décadas.
Los objetivos del gobierno del primer ministro, el socialista
Giorgos Papandreu, son urgentes tras la creciente desconfianza
internacional sobre la capacidad de Grecia, un país miembro de la
zona del euro, de superar la crisis económica.
La falta de credibilidad se ha traslucido en las rebajas de la
calificación crediticia de parte de las tres principales agencias
internacionales de calificación de riesgo.
Papandreu anunció la semana pasada que pretende reducir el gasto
social un 10%, reformar el sistema tributario para hacerlo
más justo e ingresar más, además de luchar con más determinación
contra la rampante corrupción en el país.
El sindicato afiliado al Partido Comunista reaccionó con una ola
de huelgas y protestas contra los anuncios de ahorro y ajuste.
Debido a la holgada mayoría (160 de 300 diputados) del partido
gubernamental PASOK, la aprobación del nuevo presupuesto parece ser
un hecho.