El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, aseguró que no se entrometerá
en las decisiones que tome General Motors para reestructurar su filial europea
mediante con posibles fondos públicos procedentes de la Administración
estadounidense. Al mismo tiempo, celebró que el grupo comience a devolver las
ayudas.
Así, Obama subrayó en una entrevista que su posición dentro el accionariado
del gigante de Detroit "no es activo" por lo que insistió que
"no nos vamos a entrometer en las decisiones de General Motors".
El jefe de Estado del país americano aseguró que su gobierno no está al
tanto de la actividad diaria de General Motors y que el ejecutivo no se
encuentra inmerso en el negocio de reflotar un fabricante de automóviles.
El plan que maneja el grupo para Opel podría contemplar el cierre de una
planta de producción y la supresión de unos 10.000 puestos de trabajo.